La información sobre violencia de género
Decálogo para medios de comunicación
Por Sara Lovera*
Los malos tratos a mujeres han llamado poderosamente la atención de los medios de comunicación y aparecen frecuentemente en las noticias. La información que se da no siempre es satisfactoria y a menudo adolece de cierto sensacionalismo o de cierta torpeza.
La violencia feminicida, que en algunos casos de violación reiterada a los derechos humanos de las mujeres, produce un asesinato, ha sido banalizada, es tan reiterada y superficial, que ha dejado de conmover a la opinión pública.
Banalizar la violencia que se ejerce contra las mujeres en la sociedad y el Estado, es una de las consecuencias de la falta de rigor y profundidad en la investigación periodística.
De todas maneras es necesario tomar en cuenta la repercusión que tiene la información en la creación de opinión pública, es muy importante que, la que se refiere a violencia de género sea, además de información, expresión de condena de la sociedad a los malos tratos.
La violencia de género es un problema complejo. Las noticias sobre la violencia contra las mujeres deben reflejar dicha complejidad y comprometerse a colaborar en la erradicación de estas prácticas misóginas y lacerantes para todas las mujeres. Es necesario poner al servicio de los medios de comunicación un decálogo para el tratamiento de la violencia contra las mujeres en los medios. Hemos revisado algunas propuestas y documentos de diversas instancias nacionales e internacionales; creemos que la forma de trato de las noticias sobre violencia de género son muy amplias, se diría que el periodismo occidental tiene una enorme semejanza en su tratamiento. Es posible universalizar el análisis y la propuesta. Debemos decir que, sólo en cuestiones de matiz, cultura o lenguajes, hay diferencias, pero en general los medios, universalmente tratan con torpeza e ignorancia, con sensacionalismo y prejuicio la violencia de género.
Es responsabilidad de todas las personas contribuir a la eliminación de este gravísimo problema social, expresión extrema de la discriminación, exclusión y opresión de las mujeres.
A pesar de que la violencia de género o violencia contra las mujeres no es un problema nuevo, su presencia, ocupar un espacio visible en los diarios y en los noticiarios; nombrar el fenómeno es algo realmente reciente, debido a la progresiva toma de conciencia de la sociedad sobre la gravedad de la violencia feminicida y el decidido posicionamiento de los medios de comunicación, como consecuencia de su desarrollo tecnológico.
Lo asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y Chihuahua, en otras muchas entidades de MÈXICO, han ocupado espacios en los medios frecuentemente. En forma reiterada o se trata de ir contando, sin profundizar, o bien se trata de obtener opiniones sin discriminar. Las informaciones alrededor del feminicidio en Cd. Juárez o en México, parecen más interesadas en encontrar un motivo preciso, como el narcotráfico, la delincuencia organizada, la aparición de asesinos seriales o maridos ofensivos, que ir más allá. En general no se analiza al entorno social en que se desarrollan y en donde vivimos las mujeres. Las noticias empiezan a ser burocráticas y repetitiva.
Es necesario reiterar que los medios son poderosos conductores de imágenes y perfiles humanos, tienen repercusión y crean opinión pública. Pero también pueden generar reacciones negativas, de rechazo e indiferencia. El amarillismo produce eso.
De la experiencia periodística y feminista, surgen algunas reflexiones y propuestas que enumero enseguida, casi como decálogo para discusión.
1. Situar la violencia de género en el marco de la violación a los derechos humanos y del ataque contra la libertad y dignidad de las personas: los medios harán hincapié en transmitir este mensaje en las informaciones relativas a esta materia. La violencia contra una mujer no es un asunto ni privado ni individual; es un problema social. Los medios han de ser concientes de que los malos tratos psicológicos y emocionales también son violencia y tienen graves secuelas, a pesar de que se argumente que son difíciles de probar.
2. Contextualizar el delito: las informaciones no se limitarán al delito o suceso en sí mismo, sino que tratarán la violencia de género como un grave problema social y educativo. Es importante transmitir la existencia de respaldo social a las víctimas, informando sobre los recursos públicos existentes, grupos de apoyo, servicios destinados a atender a las víctimas, teléfonos de emergencia y pasos básicos a seguir
3. Respetar el derecho a la intimidad: no se utilizarán nunca las imágenes ni las identidades de las víctimas, al igual que se mantendrán estos criterios para respetar la presunción de inocencia de los sospechosos. Esto en los casos de violencia denunciados; en el asesinato es indispensable toda la información, puesto que ello, ya tenemos experiencia, al menos frena la impunidad.
4. No emitir ni publicar imágenes o textos de carácter vejatorio para la víctima: los medios pondrán especial énfasis en limitar las notas a contenidos puramente informativos procurando obviar los detalles que únicamente sirven para alimentar la curiosidad del público. Ha de evitarse la difusión de comentarios despectivos con relación a las víctimas o que justifiquen a los agresores. Sobre todo si proceden de personas públicas relevantes.
5. Evitar aportaciones irrelevantes: los medios evitarán realizar ampliaciones de la nota con manifestaciones de terceros (familiares, vecinos) no relevantes para el caso. Se destacará, en cambio, el valor de romper el silencio y denunciar los malos tratos, ofreciendo noticias positivas de mujeres que logran salir de la violencia
6. Eludir circunstancias personales: los medios procurarán obviar las circunstancias personales de las personas implicadas; evitarán siempre la liga consciente e inconsciente que sitúa la violencia de género en el marco de determinados arquetipos (alcoholismo, drogadicción, situaciones de riesgo de exclusión social) situándolo como un problema global. La violencia de género es un delito, no un “hecho pasional”.
7. Evitar la localización del caso: la información eludirá cualquier referencia que permita la identificación y localización concreta de los domicilios de las personas implicadas. En casos de homicidio, tal vez hubo criminales que escaparon, precisamente por los detalles en la prensa.
8. No influir y/o estorbar en la investigación: los medios respetarán las recomendaciones policíacas sobre la pertinencia de publicar información que pueda influir en la marcha de la investigación.
9. Rechazar la explotación comercial del suceso: no se utilizará a las personas agredidas para explotar comercialmente el caso o para rentabilizarlo con vistas a mejorar audiencias; en todos los casos se buscara únicamente el beneficio social derivado de la actuación informativa. La noticia deberá ser tratada de forma rigurosa y exenta de morbo, dando voz a las víctimas y a personas expertas.
10. Luchar contra la explotación sexual y la trata de personas: Los medios reconocerán estas acciones como una variante delictiva de la violencia de género. No emitirán ni publicarán publicidad vejatoria para las mujeres, incluidos anuncios sobre actividades relacionadas con la explotación sexual de las personas.
*Periodista mexicana. Fundadora de cimacnoticias.
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