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MEXICO - El Lenguaje Sexista de Vicente Fox (Soledad Jarquín Edgar, Cimacnoticias)
Martes 21 de febrero de 2006, puesto en línea por Manuela Garza Ascencio
Cimac - El lenguaje nombra, nos da un lugar. A través de la palabra somos visibles. Las mujeres nos hemos ganado esa palabra; hemos roto silencios y vamos conquistado espacios poco a poco, a veces en trechos largos. El lenguaje también califica o descalifica.
Aurora Marco - catedrática de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Santiago de Compostela, España - plantea que hay un aspecto fundamental para comprender el tema del sexismo en el lenguaje: la importancia que tiene la lengua en la construcción social de la mente. Sostiene que numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que “las lenguas son un espejo de la sociedad, producto de las relaciones sociales y un prisma que determina un modo de ver el mundo”.
Ante ese panorama, la idea básica que nos lleva a erradicar el sexismo del lenguaje es la siguiente: la lengua está para nombrar y, por otra parte, exige precisión y no ocultamiento. Como las mujeres no queremos seguir siendo invisibles, también en el lenguaje reivindicamos nuestra presencia, cita la catedrática española.
Nada más cierto que ese planteamiento que nos lleva a rechazar el lenguaje genérico que supone que -por costumbre- en lo masculino somos nombradas. Por eso rechazamos que ese lenguaje nos nombre como cosas y no como personas. Rechazamos el lenguaje que nos hace objetos y no sujetas de derecho.
A Vicente Fox se le olvida que es presidente de millones de mexicanas y mexicanos. Que México ha cambiado -y no por su gobierno, claro está- sino por el esfuerzo de mucha gente que es ajena a los gobiernos. Me refiero a los hombres y mujeres que trabajan cada día con sonoridad, con honestidad, con empeño; que se esfuerzan por hacer mejor este mundo nuestro.
Por eso se le critica a Fox: por torpe. Porque, lo digo, yo no creo que sea un hombre “bien intencionado con un lenguaje inadecuado”. No, es un presidente, y por tanto debe saber que está para gobernar seres humanos, no cosas. Me resisto a repetir la frase, pero la digo: "75 por ciento de los hogares cuentan ya con una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, sino una lavadora metálica".
Así lo dijo Fox, sin empacho alguno. Con su lenguaje sexista, que nos tiene a las mujeres contra la pared en todos los ámbitos. La comparación -sin nombre- que hizo de las mujeres con lavadoras, reduciéndonos al espacio doméstico, es semejante al lenguaje empleado en algunos titulares de la nota roja que justifican un crimen: “La mató porque lo engañaba con Sancho”.
Las expresiones comunes del presidente Fox y ésa que le cuento de la noticia policiaca ya no deberían ser dichas. Como tampoco aquellos discursos -generalmente de políticos- que consideran que cuando dicen que “el hombre ha avanzado”, quieren decir que “la humanidad ha avanzado”. Porque no es así: la lengua está para nombrarnos también a las mujeres y exige precisión, no ocultamiento.
Sin duda, el lenguaje es un asunto de justicia. Por eso es condenable hasta el cansancio la actitud de Fox: porque estas palabras que parecen trivialidades son perversidades que luego volvemos chistes y que se quedan en sólo eso.
La Cámara de Diputados ya aprobó un llamado de atención a Fox para que evite el lenguaje sexista. Lo cierto es que aunque haya un Instituto Nacional de las Mujeres, y los gobiernos estatales y municipales de todo el país impulsen este tipo de acciones, las políticas públicas con perspectiva de género no hacen mella ni siquiera en el lenguaje de quienes están en el poder; menos aún se traducen en acciones. Casos concretos hay muchos. Un ejemplo es dar menos de cuatro años de prisión a un hombre que mata a golpes a su mujer, como sucede en Oaxaca.
Soledad Jarquín Edgar es periodista.
mujerypolítica AT yahoo.com.mx
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