divendres, 3 d’octubre del 2008

Material de Sara Lovera, L. Maldonado i C. Velásquez: Comunicación y género. Análisis y estrategias

autora: Sara Lovera, Lucrecia Maldonado y Carolina Velásquez


Comunicación y género. Análisis y estrategias.


Comunicación e Información de la Mujer, A.C. Instituto Michoacano de la Mujer
www.cimac.org.mx


Equipo de investigación y redacción:

Sara Lovera
Lucrecia Maldonado
Carolina Velásquez

Primera edición
© Comunicación e Información de la Mujer, A.C., 2005


Índice

Presentación

Introducción

1.- Categoría de género
1.1 Cómo surgen la palabra y el concepto
1.2 Sexo-Género
1.3 Perspectiva de género
1.4 Género y comunicación


2. Cómo entendemos la comunicación
2.1 Qué entendemos por comunicación
2.2 De Aristóteles a la Internet
2.3 Comunicación interna
2.3.1 ¿Para qué sistematizar la comunicación interna?
2.3.2 Los contenidos de la comunicación interna
2.3.3 Dos palabras sobre cómo hacer
2.3.4 Recursos para la comunicación interna
2.3.5 Hagamos democracia interna




3.-Los medios de comunicación
3.1 ¿A quiénes pertenecen los medios?
3.2 La mecánica de los medios
3.3 Los medios y la perspectiva de género
3.4 Qué es la noticia
3.5 La agenda setting
3.6 La noticia no sexista

4.- El lenguaje no sexista
4.1 El sentido de las palabras
4.2 El habla
4.3 La carga del discurso
4.4 Contenido del lenguaje
4.5 Ejercicio no sexista
4.6 El sexismo en el lenguaje
4.7 El lenguaje y los estereotipos
4.8 Algo más sobre lenguaje sexista
4.9 ¿Qué hacer, cómo romper?
4.10 Cambios y nuevas pautas


5.-Estrategia
5.1 Conceptos básicos de la estrategia
5.2 Estrategias de comunicación
5.3 La estrategia de nuestra institución


6.- La operación
6.1 Equipo humano e infraestructura
6.2 Boletines
6.3 Hojas informativas
6.4 Invitaciones
6.5 Carpetas para conferencias de prensa
6.6 Carpetas para periodistas sobre un tema
6.7 Elementos generales para la redacción de materiales
6.8 Caja permanente de información
6.9 Entrevistas
6.10 Conferencias de prensa


6. Anexos

I.- Glosario
II.- Mujeres y medios de difusión. Capítulo J
III.- Críticas al cumplimiento del Capítulo J en México
IV.- Declaración de Lima
V.- Pretextos para realizar periodismo no sexista
VI.-Apuntes sobre ortografía y redacción

7. Bibliografía

Presentación

La aparición de las mujeres como personas, como sujetos en la historia y la vida, es ya un hecho irreversible. Las representaciones que proponen los medios tienen un creciente interés para las instituciones públicas y los agentes sociales que promueven políticas en función del estatus de igualdad de las mujeres y los hombres, puesto que los medios pueden constituir un obstáculo o un pivote para el logro de tal objetivo.
Las mujeres en relación con los hombres, la identificación, la asignatura de lo humano, han sufrido un cambio profundo en la etapa contemporánea. Explorar sus referentes; analizar de qué manera en esta época podemos caminar hacia la equidad y la igualdad ha generado, en el plano de la política pública, una constante preocupación.
Es así como se instalan las políticas públicas que reconocen que la diferencia sustantiva entre los hombres y las mujeres deviene en exclusión y discriminación. De igual manera, hoy se analiza y reflexiona ampliamente cómo encontrar un nuevo camino humano en la búsqueda de la eliminación de todas las formas de dominación y opresión contra las mujeres.
De ahí que, en el 30 aniversario de la Primera Conferencia Internacional de la Mujer, el Instituto Michoacano de la Mujer ponga en manos de la población michoacana este texto-manual para ahondar en el análisis de los medios de comunicación de masas, considerándolos como agentes de socialización privilegiados.
Se reconoce cómo hoy la incursión de la mitad de la población en el espacio público requiere una comprensión fundamental del papel de los medios de comunicación en la afirmación ética y política de los cambios recientes de la vida de relación entre hombres y mujeres.
Abordar la importancia de los medios de comunicación responde al conocimiento y la difusión de la problemática que llamaremos de comunicación y género, así como del Capítulo J de la Plataforma de Acción de Pekín (IV Conferencia Mundial de la Mujer, 1995).
Esta recomendación de las Naciones Unidas relativa a la incorporación de la perspectiva de género y de las mujeres en los medios de comunicación de masas propone considerar a las mujeres como sujetos y personas dignificadas y resignificadas en los productos comunicativos; considera su participación en los cambios de las tecnologías de la comunicación y el establecimiento de mecanismos jurídicos que aseguren, promuevan y propongan la perspectiva de género en las distintas fases de la comunicación. Además, estas propuestas contribuyen a la promoción de la transparencia desde los gobiernos y el Estado.
Sin la inclusión de la equidad de género en los medios, las mujeres no podrán influir en la esfera de la macropolítica de las comunicaciones y sólo esperarán de los medios un uso instrumental o propagandístico.
Hoy tenemos la convicción de que los medios no reflejan el acelerado cambio que viven nuestras sociedades. Pensamos que la información, mediante estos poderosos medios, debería ser un instrumento para la democracia genérica y el cambio; para establecer un mundo donde desaparezcan la exclusión, la discriminación y el sexismo. Los medios deberían convertirse efectivamente en herramientas para el servicio público que den voz a los diferentes actores sociales, a los hombres y a las mujeres, a los pueblos indígenas, a las comunidades, a las organizaciones feministas y de mujeres, a la diversidad.

Sabemos que la carencia de este enfoque en la construcción de los mensajes de la comunicación sólo reproduce el estado actual de las cosas. Tenemos la seguridad de que es posible una transformación de los medios en sus imágenes y contenidos; lograrlo, en buena medida, está en nuestras manos.
En las siguientes páginas dilucidamos el papel de los medios, pero también desarrollamos una propuesta surgida del trabajo colectivo de Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC), institución dedicada a la comunicación en favor de la democracia genérica.
Este libro sistematiza la experiencia de 17 años de discusión y construcción de estrategias en CIMAC agrupadas en dos vertientes: por una parte, la elaboración y ejecución de estrategias y labores específicas de comunicación pública para diversas organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y privadas; principalmente, las que buscan un mundo más equilibrado, sin discriminación ni sexismo.
Por otra, parte, aborda la capacitación a las y los participantes en estas instancias, emisores y receptores, para que tomen en sus propias manos la tarea de construir mensajes no sexistas desde las instituciones y en la tarea cotidiana de la promoción y la difusión periodísticas.
Así, el contenido de este texto-manual refleja las principales reflexiones, investigaciones y acciones de comunicación; también, las tareas diarias de un área específica de nuestra institución dedicada a las relaciones con los medios: una oficina de lo que tradicionalmente se conoce como comunicación social o prensa destinada a instalar en los medios informativos los asuntos, los temas, las acciones y las preocupaciones de las instituciones y organizaciones del Estado y de la sociedad civil.
Asesoría estratégica, relaciones públicas, organización y ejecución de conferencias de prensa, boletines y otros materiales, concertación de entrevistas y llevar a periodistas a actividades diversas. Todo ello constituye la tarea de CIMAC.
Lo anterior se realiza desde una visión teórica y práctica con perspectiva de género puesta en práctica por CIMAC, la cual enlaza tanto la experiencia periodística original de sus integrantes como su participación en el activismo civil en favor de un mundo más equitativo.
Otra fuente indispensable del material que presentamos es, como se dijo antes, el diálogo con las y los participantes de las instituciones y organizaciones del Estado y la sociedad civil establecido en talleres de capacitación sobre comunicación pública. ¿Cómo estar en los medios sin perdernos?, fue la pregunta original cuya respuesta, construida colectivamente con las más diversas instituciones en cada uno de los estados del país durante tres lustros, está hoy en tus manos.
En CIMAC estamos convencidas de que el objetivo básico de nuestra tarea de comunicadoras asociadas es crear una cultura de respeto a los derechos humanos de las mujeres. Sabemos que no tendrá éxito ni será completa de no crearse al interior de las organizaciones una especialización que haga posible acceder, de distintas maneras, a los medios de comunicación masiva y conseguir que se haga visible la condición y las dificultades que hoy campean en la vida de relación de los hombres y las mujeres. Creemos que el desarrollo y la creación de herramientas para cumplir nuestros objetivos son fundamentales para esta misión colectiva.



Introducción

“ El ámbito público es un teatro en el que la participación política es representada por medio del habla, un terreno de interacción discursiva; entonces, las representaciones del ejercicio de la ciudadanía de las mujeres y el despliegue de su discurso político está todavía por aparecer”
Sofía Montenegro*


Las ideas, propuestas, preocupaciones nacionales e internacionales por incluir en los medios una perspectiva de género significa una tarea estratégica, considerando que aportar iniciativas, propuestas, trabajo comunitario y elementos para el cambio social y cultural, se hallan frente al reto, entre muchos otros, de romper el cerco que los distintos grupos de poder han establecido alrededor de los medios de comunicación de masas. Éstos permanecen hoy en pocas manos, responden generalmente a grupos de poder y a sectores económicos que determinan qué informar y cómo informar.
Frente a esta realidad, es preciso imaginar creativamente cómo estar en los medios sin perdernos. Es decir, cómo hacer llegar nuestra palabra, nuestras inquietudes, nuestros hallazgos y propuestas a grupos amplios de población y, ¿por qué no?, cómo introducir éstas en los medios como una estrategia de presión política, de visibilidad desde nuestros haceres, de una manera objetiva, profesional, atractiva y constante e ir cambiando el contenido y profundidad de sus mensajes.
El presente texto-manual lo proponemos como un instrumento que ayude a los trabajadores de los medios y a las instituciones a desarrollar estrategias para hacer visibles las propuestas y proyectos que, desde la perspectiva de género feminista, han construido las mujeres, la sociedad y el Estado a fin de contribuir al desarrollo de una vida más justa, equilibrada, donde no quepa el sexismo ni cualquier otra discriminación.
El objetivo general es, entonces, proporcionar herramientas conceptuales y técnicas asequibles y sencillas para conseguir una presencia permanente en los medios de comunicación de masas de aquellos asuntos que favorecen a los derechos humanos de las mujeres y a las instituciones o propuestas que estén comprometidas con la equidad y la igualdad de género.
Como principio, desarrollamos las nociones básicas acerca de la teoría de género y la perspectiva de género en la comunicación, y damos una vista a la construcción de los estereotipos. Inmediatamente, hacemos un recorrido por la historia de las teorías de la comunicación y nos detenemos en un asunto que consideramos esencial: la comunicación interna, entendida como un puntal de la democracia que debe existir dentro de las organizaciones e instituciones de las que formamos parte.
Posteriormente, desglosamos qué entendemos por comunicación no sexista e incluimos la crítica feminista a los medios.
En el tercer capítulo nos asomamos a las mecánicas, la propiedad y el impacto de los medios en México. Revisamos qué es la noticia, cómo se constituye y se redacta, así como la importancia de tomar en cuenta la agenda de los medios a la hora de promover nuestros puntos de vista; en el cuarto capítulo analizamos el lenguaje sexista y hacemos algunas propuestas; en el quinto capítulo vemos diez reglas mínimas para establecer una estrategia de comunicación y algunos puntos para tomar en cuenta a la hora de diseñar esa estrategia de medios para nuestra institución.

Nuestro capítulo sexto está dedicado a explicar algunas claves prácticas para la incidencia en los medios. Verificamos las necesidades que para ello debe cubrir nuestra institución en cuanto a infraestructura y equipo humano; cómo elaborar boletines y hojas informativas; cómo convocar a una conferencia de prensa; cómo desarrollar una entrevista, y diversos recursos que debemos tener a la mano para iniciar o mejorar nuestra presencia en los medios hasta hacerla cotidiana y permanente.
Finalmente, en el apéndice incluimos un glosario de términos, algunas recomendaciones generales sobre ortografía y redacción y varias referencias bibliográficas para quien desee profundizar más en alguno de los temas expuestos en este texto-manual.
Confiamos en que este libro pueda ser de utilidad para el movimiento civil, para las y los integrantes de las oficinas de Comunicación Social y para el gremio periodístico. Estamos seguras de que se trata de un instrumento incompleto que podrá y deberá ser mejorado por cada persona que trabaje cotidianamente para instalar la perspectiva de género en la arena pública de los medios.

































1.-Categoría de género

1.1 Cómo surgen la palabra y el concepto

Una característica de hoy es cómo ha emergido una gran cantidad de nuevas palabras que se introducen en las mentes de las y los lectores de publicaciones relacionadas con los cambios de la sociedad, especialmente las que han surgido en la vida de hombres y mujeres. Estos cambios también tuvieron impacto en las palabras y los conceptos de uso popular o masivo. Algunas se trasladaron en muy poco tiempo a los medios de comunicación.
Como señala Teresita de Barbieri, “el trayecto -de las palabras- de sus contenidos originales, se transforma; las palabras se empobrecen y se vuelven clichés. Al mismo tiempo, la presión social las vuelve necesarias de utilizar, aún cuando quienes las emplean no tengan clara conciencia acerca de lo que están hablando.”
Esto es lo que ha sucedido con el término género, concepto surgido entre las académicas feministas en los años 70. Hoy en día, como palabra o sustantivo, es de uso corriente en la prensa, señala la autora. Y vemos cómo personas que ejercen las más variadas actividades políticas, sociales o culturales usan la palabra género de manera muy libre, sin saber con claridad cuál es su contenido ni si se trata de un sustantivo o un adjetivo.
Para muchas personas sigue siendo un enigma cómo se confunde género con mujer. En castellano esto es aún más complicado, puesto que en nuestro idioma género tiene una muy diversa gama de acepciones y contenidos. Género puede ser una tela; es también una forma de definir tipos o seleccionar modos. Es, en sí misma, una forma de designar algunas reglas del propio idioma, etcétera.
Tal vez por este cúmulo de interpretaciones es difícil entender qué es género para quienes trabajamos con el lenguaje y la comunicación.
La categoría de género nació en el medio académico, pero proviene de la actividad política de las feministas hacia 1977. Es la traducción de gender, en inglés y Geschlecht, en alemán. En castellano se empezó a usar a mediados de los años 80. En el idioma francés ha habido más resistencia para utilizar el término, aun cuando el concepto es aceptado.
Conviene afirmar que la aparición del término género se produjo cuando ya existía un conjunto de investigaciones y reflexiones sobre la condición social de las mujeres; al introducir el concepto se buscaba un ordenador teórico de los hallazgos y los nuevos conocimientos por producirse que tomara distancia del empleo acrítico, e históricamente empobrecido, de la categoría patriarcado, y que permitiera salir del empirismo en que habían caído muchos informes de investigación.
De Babieri nos recuerda que Kate Millet1 tomó la categoría de patriarcado de la obra de Max Weber en el sentido de sistema de dominación de los padres, los señores de la casa. De ahí el término se expandió para emplearse como la causa o determinación, remota y eficiente a la vez, de la subordinación de las mujeres por los varones, en todas las sociedades, y como adjetivo que califica -indiscriminadamente- a las sociedades de dominación masculina.

1.2 Sexo-género

La categoría género alude a la distinción entre el sexo -conjunto de fenómenos del orden de lo corporal o biológico de las personas- de cara a ordenamientos socioculturales muy diversos construidos colectivamente a partir de las diferencias corporales.
El sexo, entonces, es una categoría biológica que permite clasificar a los seres humanos en dos grandes grupos respecto a sus genitales y a su papel en la función reproductora. El sexo se refiere a los componentes biológicos, anatómicos, fisiológicos y hormonales que diferencian a mujeres y hombres.
El género es lo que cada cultura, en cada época, ha definido como “propio de hombres” o “propio de mujeres”. Cada cultura ha interpretado las diferencias sexuales a la luz de sus intereses y necesidades, lo que da lugar a formas heterogéneas de articular la intervención de hombres y mujeres en la vida social. Entonces, género denota no un hecho biológico, sino cultural.
Así puede entenderse por qué algunos pueblos establecen para mujeres y hombres funciones distintas a las que unos y otras desempeñan en la cultura occidental. 1 Es claro que las tareas asignadas a las personas según su sexo, desde que nacen, explica las diferencias entre los hombres y mujeres.
Las investigaciones feministas han encontrado en los últimos 30 años que, aun cuando las tareas asignadas, establecidas para hombres y mujeres, cambien de cultura a cultura, lo que se mantiene como constante es el estatus mayor que se otorga a las actividades masculinas con respecto de las femeninas.2
Gayle Rubin, en su libro El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo (Nueva Antropología No. 30, México, 1986), define al sistema sexo-género como “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad en productos de actividad humana, y en el cual se satisfacen esas necesidades humanas” y más tarde señala que se requería separar sexo y género para entender su existencia social independiente y clara.
A partir de esta definición se ha construido toda la teoría de género, que permite analizar las diferencias culturales, sociales, económicas y políticas entre hombres y mujeres en las distintas épocas de la humanidad y en las diferentes culturas y sociedades.
El conocimiento de la categoría de género ha permitido, además, colocar en un estatus de ciencia todo lo que las pensadoras feministas analizaron a lo largo de los dos últimos siglos sobre la desigualdad y la discriminación de las mujeres.

1.3 Perspectiva de género

La perspectiva de género es una visión científica de la sociedad a partir de la cual es posible observar las diferencias y las semejanzas entre mujeres y hombres, así como la desigualdad prevaleciente entre ambos (Marcela Lagarde, 2003)
Cuando se describe o analiza la problemática social, económica, cultural, jurídica o política desde la perspectiva de género se cuestiona la idea de lo homogéneo, de lo que parece universal y único; deja de ser la medida de análisis la idea de hombre como concepto equivalente a humanidad. Así, es posible cuestionar la idea de que hombres y mujeres son seres humanos idénticos.
Con una mirada de género feminista se puede identificar la existencia de un conjunto de necesidades específicas de las mujeres distintas de otras necesidades de los hombres.
Es así como al poner de relieve la perspectiva de género se hace evidente que la sociedad no sólo está organizada en clases sociales, grupos de edad (etarios), étnicos, profesionales, sexuales y otros, sino también en géneros. Las relaciones conyugales, de parentesco, escolares, laborales, sociales y políticas son relaciones de género; son normadas como tales en la práctica cotidiana (trabajo, creación, acción política) y asignadas de manera específica para mujeres o para hombres (op.cit).
Las teóricas feministas afirman que el género es una categoría fundamental en la que el significado y el valor están asignados a cualquier cosa existente en el mundo; se trata de una forma de organizar las relaciones sociales humanas. Esto cuestiona la idea de que la ciencia es una actividad social totalizadora. Por el contrario, podríamos empezar por entender la diversidad de formas en que se estructura a la ciencia a partir de la mirada de género.[1]
La doctora Lagarde sostiene que la perspectiva de género es la visión científica, analítica y política creada desde el feminismo. Es, además, crítica, explicativa y alternativa a lo que acontece en el orden y la vida de los hombres y las mujeres. Es también una visión liberadora creada por las mujeres y forma parte de una nueva concepción de la vida, la teoría y la filosofía.
En síntesis, la perspectiva de género permite analizar y comprender las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera específica, así como sus semejanzas y diferencias. La visión de género brinda la posibilidad de acercarnos a otra forma de comprender las diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros; el sentido de la vida de hombres y mujeres; sus expectativas y oportunidades. Con esta mirada podríamos comunicar de otra manera.
Teresita de Barbieri (1990) sostiene que el concepto de género debe entenderse como el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatomofisiológica y que dan sentido general a las relaciones entre personas sexuadas. En ese sentido, Lagarde afirma que el género, más que una clase, es una teoría amplia que abarca categorías, hipótesis, interpretaciones y conocimientos relativos al conjunto de fenómenos históricos construidos en torno al sexo.
Así, el género está presente en el mundo, en las sociedades, en los sujetos sociales, en sus relaciones, en la política y en la cultura. Responde al orden sociocultural configurado sobre la base de la sexualidad: la sexualidad es, a su vez, definida y significada históricamente por el orden genérico (op.cit.)
Desde el paradigma feminista, lo primordial es el desarrollo de cada mujer concebido como la construcción de los derechos humanos de las mujeres en la vida propia. Implica continuar la más radical de las revoluciones históricas: la transformación compleja de la sociedad y la cultura para construir la convivencia de mujeres y hombres sin supremacía y opresión (Lagarde, 2000).
Los hallazgos han permitido entonces advertir que la diferencia biológica es un pretexto para discriminar y oprimir a las mujeres; que es histórica; que está relacionada con las necesidades sociales y políticas en cada época o cultura; que se trata de una división que no es “natural” o “sexual”, y que además es arbitraria e injusta. Que se formó históricamente por razones de poder, tal como lo establece claramente el estudio antropológico realizado por Federico Engels en su texto clásico El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

1.4 Género y comunicación

Con estas definiciones podemos adelantar, desde este momento, que si el género nos ha definido socialmente para comunicar, vemos cómo esta manera de ordenar las relaciones humanas y sociales es un elemento constitutivo, porque las diferencias que marcamos en el lenguaje y en las imágenes para distinguir a los sexos incluyen, en consecuencia,las maneras en que difundimos símbolos culturales (mujeres madres o mujeres objeto sexual); conceptos normativos (el deber ser: la maternidad); el sistema de parentesco (el padre y la prole), y la identidad subjetiva .
Si además vemos cómo se construyó el género históricamente, encontramos que es una forma primaria de relaciones significantes de poder; es decir, es campo fundante dentro del cual o por medio del cual se articularon históricamente el lenguaje y la comunicación.
En la comunicación encontramos a menudo esta dimensión construida socioculturalmente. Es la que guía la asignación de características preestablecidas. Cuando hablamos de los hombres o las mujeres inmediatamente les asignamos, de forma arbitraria, una serie de características, atributos, cualidades o rasgos de comportamiento con una carga simbólica que deriva en lo que se llama feminidad (propia de las mujeres) y masculinidad (propia de los hombres), produciendo estereotipos y roles de género.
Con la acción comunicativa, entonces, marcamos la división y la convertimos en verdades definitivas y definitorias: “una madre debe cuidar a sus hijos; un padre debe educarlos y protegerlos”; una niña es “naturalmente femenina”; un niño es “naturalmente valiente”. [2]
De esta manera reafirmamos la identidad que adquirimos hombres y mujeres desde la infancia; precisamente, en el lenguaje, que se irá ampliando con la experiencia de saberse cada quien, desde una edad muy temprana, niño o niña. Así, desde la comunicación hacemos un juicio de clasificación en todas las actividades de hombres y mujeres.















2. Cómo entendemos la comunicación

2.1. Qué entendemos por comunicación

Comunicar es poner en común, “hacer a otro partícipe de lo que uno tiene”, construir una idea compartida acerca de algo. Una oportunidad de encuentro con el otro, de contacto, de diálogo; un espacio para el entendimiento, la coordinación y la cooperación que posibilite el crecimiento y desarrollo de las organizaciones. Informar es distinto a comunicar. Informar es emitir, transmitir datos; la distribución de información es sólo un comienzo que permite detonar procesos de comunicación. Podríamos preguntarnos cómo se comunica en un espacio de dominación. Podemos concluir, adelantándonos, que hay dificultades para comunicar entre desiguales.
El concepto de comunicación es extraordinariamente amplio; su estudio abarca un campo tan extenso como la vida misma, ya que está presente en todas las relaciones humanas y de género: laborales, familiares, políticas, culturales; se vincula al lenguaje -hablado, escrito, visual- y a todo un sistema de señales: desde las luces de un semáforo, pasando por una sinfonía y por los gestos faciales, hasta una emisión de televisión vía satélite o un cartel (Taufic, 1977).
Comunicar es vital para los seres humanos. Sin la comunicación, literalmente moriríamos. Varios especialistas coinciden en definir la comunicación como un proceso complejo mediante el cual dos personas entran en contacto (relación) y transmiten significados: un mensaje entre un emisor y un receptor a través de un medio que requiere un código común a ambos.
Al respecto, Virginia Satir (1991) dice:

Una vez que el individuo llega al planeta, la comunicación es el factor determinante de las relaciones que establecerá con los demás y lo que suceda con cada una de ellas en el mundo. La manera en como sobrevivimos, la forma en como desarrollamos la intimidad, nuestra productividad, nuestra coherencia, la manera en como nos adaptamos con nuestra divinidad, todo depende de nuestras habilidades para la comunicación.

Todo nuestro ser participa en el proceso comunicativo. Si nos encontramos frente a una persona, nuestros sentidos asimilan el aspecto, olor, sonido y sensación que nos provoca. Si nos toca, sentiremos comodidad o incomodidad y nuestro cuerpo estará tenso o relajado. Cada individuo es diferente y la relación dependerá, en gran parte, de esa diferencia. James Oldham (1992) señala:

La relación entre las personas depende de la naturaleza de los individuos; el efecto combinado que nunca puede predecirse totalmente. Quiénes somos cambia dependiendo de con quién estamos. Diferentes personas facilitan diferentes cosas en nosotros. La química de este proceso es obscura, pero es suficiente saber que existe. Me amo a mí mismo con unas personas y me odio con otras. Soy un individuo que alimenta a algunas personas y que es tóxico para otras.

La comunicación es contacto. Contactar con nuestra propia persona -capacidad del ser humano de desdoblarse en un observador y un observado- es sentir realmente lo que nos pasa y saber lo que necesitamos para satisfacer ese sentir. Este contacto sólo puede existir entre seres separados y diferentes que necesitan independencia y se arriesgan a quedar cautivos en la unión (Polster, 1980).
Fritz Perls, fundador de la psicoterapia Gestalt, define el contacto como la existencia de una frontera entre dos objetos (o dos personas). Cuando los límites entre éstos no están claros ocurre cierto grado de confluencia y el contacto disminuye o se debilita. Estas fronteras no son barreras, pero sí una línea de demarcación entre la zona en la que “yo” tengo el control (de mí) y de aquella en la que “tú” lo tienes (de ti mismo/a).
La realidad la captamos a través de los sentidos, lo cual nos permite identificar aquellos elementos que son nocivos o agradables para nuestro organismo. Sin embargo, es tal la cantidad de información que recibimos -y con tanta rapidez- que nuestros sentidos se embotan y nos impiden entrar en contacto con los elementos que están a nuestro alrededor, provocándonos una sensación de aislamiento y de poco contacto.
El prototipo del contacto es tocar: casi llegan a ser sinónimos. Cuando tocamos, sentimos y asimilamos, entramos en contacto. Aunque es frecuente que con el tacto contactemos más fácilmente, también podemos hacerlo por medio de los otros sentidos (oler, gustar, oír, ver) si somos conscientes de ellos y de nuestra capacidad de resonar ante la propia experiencia. De esto dependerá que un individuo tome contacto con ciertos acontecimientos y que otro que le dé menos importancia e intensidad a hechos aparentemente similares (Polster, 1980).
La sensación puede ser un indicador de lo que necesitamos; darnos cuenta de ella sirve de trampolín para la acción. La percepción es un acto mental y especulativo sujeto a la subjetividad de cada persona. Captamos la realidad a través de nuestros sentidos y, al darle significado, la re-construimos. La realidad siempre está ahí, sólo que para una persona no existe mientras ella no la perciba. Una realidad que no es estática cambia constantemente; quien la conoce -el sujeto consciente- la puede percibir una y otra vez, actualizando la información que tiene acerca de ella.
¿Cómo podemos saber si la imagen que hemos formado en la mente corresponde o no a la realidad? El acuerdo con otra persona es la única manera que tenemos de validar nuestro conocimiento acerca de lo que es real. Desde esta perspectiva, la realidad socialmente aceptada será una realidad negociada y, por tanto, subjetiva. La comunicación es una negociación entre el emisor y el receptor de un mensaje cuyo propósito es la reconstrucción de la realidad. La realidad será entonces lo que acordemos que es (Vistrian, 1999).
La única realidad que es posible que yo conozca es el mundo y el universo como yo los percibo y los experimento en cierto momento, dice Carl Rogers. Cada conciencia humana, cada persona, crea su propio mundo de “existencia objetiva y significado”. El que haya tantos mundos reales como personas, produce un dilema de lo más agobiante, un dilema nunca antes experimentado en la historia. El dilema se agudiza cuando pensamos en las diferencias de género.
Hoy, la facilidad y la rapidez de la comunicación mundial significa que cada persona descubre una docena de “realidades”, aunque pensemos que algunas de ellas son absurdas (la reencarnación), peligrosas (el terrorismo), o injustas (la discriminación), nos damos cuenta de que están ahí. Ya no podemos existir en un capullo “seguro” creyendo que todos vemos el mundo de la misma forma.
Parece urgente, en momentos, la resignificación de lo que pensamos que son los hombres y las mujeres. Para Rogers, el camino del futuro debe basar nuestras vidas y nuestra educación en la suposición de que hay tantas realidades como personas, y que nuestra mayor prioridad será aceptarlo y seguir adelante, cambiando la forma de “me importas porque eres igual que yo” por “te aprecio y te valoro porque eres diferente a mí”.
Si aceptáramos como básico para toda la vida humana el hecho de que vivimos en realidades subjetivas; si pudiéramos ver esas distintas realidades como el más promisorio recurso de aprendizaje que se ha tenido en toda la historia del mundo; si lográramos vivir juntos/as para aprender unos/as de otros/as sin miedo, entonces vendría la alborada de una nueva era.

2.2. De Aristóteles a la Internet

El origen de la reflexión en torno a la comunicación se remonta a la antigüedad. En el mundo occidental, Aristóteles fue quien habló de ello por primera vez, refiriéndose a la retórica como una disciplina argumentativa: “Entendemos por retórica la facultad de conocer en cada caso aquello que puede persuadir”. Y la retórica persuade, dice, no mediante la demostración basada en la certeza y la verdad, sino argumentando sobre lo verosímil, lo que tiene apariencia de verdadero, lo que es creíble.
Hoy, en pleno torbellino informativo derivado de la revolución tecnológica en comunicación, los conceptos aristotélicos mantienen en la práctica una vigencia espeluznante. La comunicación marcada por el género discrimina, como lo hacen todos los productos de la comunicación. El discurso del poder, magnificado y multiplicado a través de los medios de comunicación masiva, construye cultura y conocimientos.
La información mediada es, en este momento, un instrumento básico para la percepción de la realidad, un elemento importantísimo en la formación de perfiles humanos. Con base en argumentos verosímiles, los mensajes transmitidos por los medios delimitan y modifican la forma en que hombres y mujeres nos representamos la realidad y nos autorrepresentamos como personas.[3]
El siglo XX pasará a la historia como el siglo de la gran revolución en las tecnologías de la información y la comunicación. De esta revolución, los medios de masas y su estela de complejidades, desarrollo tecnológico y, particularmente, su impacto global, se dice, se han convertido en agentes poderosos en la producción y renovación constante de la “significación imaginaria” de la realidad. Esta significación produce efectos concretos en las diversas prácticas sociales; mantiene o modifica actitudes e influye poderosamente en el imaginario simbólico de lo que somos las personas.
La revolución de la información es tan apabullante que, según estudios de Naciones Unidas, actualmente el conocimiento en Internet se duplica cada 100 días. Durante el siglo XX se duplicaba apenas cada 50 años, y desde tiempos Cristo no se duplicó sino hasta 1750. Pero este prodigio de la acumulación y distribución del conocimiento, y la posibilidad de tener acceso a él, convive con la realidad planetaria: 40 por ciento de la población mundial no tiene acceso a teléfono y apenas 2 por ciento tiene acceso a Internet.[4]
Desde la aparición de los chips y los sistemas de cómputo, son infinitas las redes de información y su distribución por la vía satelital. Esto amplió las posibilidades de contacto visual y auditivo con lo que sucede en distintas sociedades a un mismo tiempo. Hay, además, un fenómeno de sobreinformación que nos aturde. En esto influye la urbanización del planeta, lo que ha afectado incluso a África, considerado el continente más rural, y es real que existen cambios culturales en la familia, la sexualidad, los derechos humanos y reproductivos, entre otros muchos.
Ya sabemos que vivimos en la era de la producción exponencial del conocimiento y de la circulación de las ideas. Pero hoy también es evidente que quienes detentan los medios y las tecnologías son muy pocas personas o consorcios mundiales que han puesto esa revolución al servicio del mercado, y que opera ya la globalización de las ideologías.
Así, en medio de esta revolución, quienes promovemos una visión distinta, de género, sea desde las organizaciones civiles, gubernamentales o sociales; quienes trabajamos por transformar la realidad, debemos preguntarnos: ¿Qué ideas son las que circulan? ¿Para quiénes? ¿Quiénes pueden acceder? ¿De qué manera? ¿Quiénes no? ¿Quiénes controlan o van a controlar ese conocimiento? Y lo que es central: ¿Qué tanto participamos como grupos o individuos, como movimiento civil o cómo profesionales de la comunicación, con nuestra propia voz, en las representaciones colectivas acerca de la realidad construida a través de los medios de comunicación de masas?[5]

2.3. Comunicación interna

Las relaciones entre las y los miembros de una organización o institución son comunicación. Mediante ésta se asignan y se delegan funciones, se establecen compromisos y se le encuentra sentido a ser parte de una comunidad informativa o promotora de conocimiento. ¿De qué otra manera se interpretan o predicen comportamientos, se evalúan y planifican estrategias que movilicen el cambio, se proponen metas individuales y grupales en un esfuerzo conjunto, de beneficio común, si no es a través de una comunicación motivada, de interés, consensuada y eficaz?
Para lograr que nuestra dependencia u organización comunique de manera efectiva hacia el exterior, que consiga movilizar y convencer a otras personas, instituciones o comunidades en favor de nuestros objetivos, es fundamental que quienes participamos tengamos no sólo acceso a información suficiente y sustentada sobre el trabajo de la institución. Necesitamos también tener una representación compartida sobre lo que es y sus implicaciones. Y esa perspectiva común sólo se logra construyéndola en conjunto mediante la comunicación interna.
El proceso es similar en las políticas, las cuales implican el trabajo conjunto de varias dependencias u organizaciones. En este caso es entonces necesario poner en común las perspectivas de cada colectivo, sus compromisos, sus discusiones, reflexiones y posturas frente al tema, sus problemáticas, propuestas y demandas.

2.3.1 ¿Para qué sistematizar la comunicación interna?

Querámoslo o no, la comunicación interna existe y nunca es neutral. Siempre interviene en favor o en contra del logro de los objetivos de nuestra institución. Esto se debe a que es imposible dejar de comunicar, aunque uno lo intente.
El silencio comunica tanto como las palabras; la pasividad, tanto como la acción. Todos son mensajes; como tales son recibidos y reinterpretados por cada participante de nuestro espacio de trabajo u organización, quienes, a su vez, proponiéndoselo o no, con silencio o palabras, con acción o inacción, también emiten mensajes. Así, es imposible evitar que quienes participan en la organización comuniquen hacia el interior... y hacia el exterior. Lo que de manera natural transmitan acerca del trabajo colectivo será reflejo de la buena o mala comunicación interna.
La comunicación institucional interna promueve la participación, la integración y la convivencia. La carencia de estrategias comunicativas al interior de las instituciones u organizaciones y la falta de canales genera lentitud en los procesos y en las acciones, retardo en las respuestas y desarticulación en las políticas que se llevan adelante. La comunicación interna eficaz permite:

· trabajar de manera conjunta hacia el logro de los objetivos institucionales;
· construir una identidad de la institución que integre a todo el equipo;
· involucrar a las y los participantes en las tareas de la organización, y
· trabajar en un clima de confianza y motivación.

De ahí la importancia de que nuestra institución cuente dentro de su estructura organizacional con un sistema de comunicación interna ágil, sencillo, amplio y permanente que dinamice los procesos internos y la proyección hacia afuera. Esto, además, hará posible que cada persona pueda convertirse en vocera o vocero emergente.

2.3.2 Los contenidos de la comunicación interna

¿Cuáles deben ser los contenidos de la comunicación interna? Desde nuestra perspectiva, todo. De inicio, es indispensable que cada participante conozca qué es la institución, la organización, cuáles las políticas, cómo funciona y para qué; lo que se espera de su trabajo en la institución y la relación de éste con el sentido y el impacto social del trabajo colectivo.
La siguiente lista puede darnos una idea sobre qué debemos comunicar acerca de la institución entre las y los propios participantes:


· misión, principios, filosofía, objetivos y metas, origen y evolución;
· políticas y su relación con las políticas globales del gobierno, el grupo o el proyecto;
· autorrepresentación situacional y prospectiva: ¿qué somos?, ¿qué queremos ser?;
· estructura o modalidad organizativa y operativa: en general, flujos de trabajo, mecanismos para la toma de decisiones, relaciones entre las áreas, proyectos en curso; en específico, en qué consiste mi trabajo, cómo lo estoy haciendo, importancia de mis tareas en el contexto institucional, repercusiones de mi trabajo, proyectos relacionados, etcétera;
· realidad humana y económico-financiera: quiénes trabajan y bajo qué regímenes (perfiles, salarios, trabajo solidario, prestaciones, procedimientos administrativos, capacitación, etcétera), recursos económicos, mecanismos de financiamiento, equipo, tecnología, etcétera;
· circunstancia actual: logros, obstáculos, decisiones de coyuntura, posiciones frente a los acontecimientos, etcétera;
· percepción pública sobre la institución; qué se dice de nuestra organización, por qué, cuál es nuestra posición sobre ello;
· sistema de relaciones externas: alianzas, redes solidarias, relaciones interinstitucionales; coincidencias y divergencias con otras organizaciones o dependencias públicas; posiciones frente a causas y concreciones de distintos movimientos sociales; frentes políticos o gubernamentales, etcétera;
· recursos institucionales para la comunicación interna y externa; ¿qué canales existen para expresarme?, ¿qué normas existen para su uso?;
· actividades, invitaciones, celebraciones internas y externas;

... y un larguísimo etcétera que sólo puede ser construido al interior de cada grupo de trabajo u organización.

2.3.3 Dos palabras sobre cómo hacer

Consideramos prudente reiterar la importancia de planificar activamente las acciones relacionadas con la comunicación interna. Para ello, es preciso explicitar quién debe y quién puede proporcionar qué tipo de información, a quién o a quiénes, bajo qué mecanismos, cómo y en qué tiempos. Esto se refiere tanto a la comunicación descendente, como a la ascendente y a la horizontal. Se requiere definir el medio adecuado según el tipo de información que se socializará.
Aquí es necesario hacer una advertencia. Como se ve, la información que se debe proporcionar es muchísima. Al programar la comunicación interna debemos tomar en cuenta que el exceso de información, por lo general, produce el efecto contrario al deseado: no genera procesos de comunicación, de diálogo; causa desinformación, incomunica, bloquea, desmoviliza. Para evitarlo tenemos principalmente dos recursos:

· Desagregar. Implica separar la información en rubros o aspectos institucionales fácilmente identificables, y su distribución mediante canales también diferenciados. Esto incluye también la señalización de cuando un mensaje es urgente, cuando requiere respuesta inmediata y de qué tipo, etcétera.
· Acumular. A la vista tenemos sólo la información más reciente de cada rubro o aspecto institucional, pero todas las personas que participan de la tarea han tenido relación con la información anterior (y saben dónde encontrarla, en caso necesario), de manera que cada integrante acumula conocimiento sobre los distintos asuntos y temas.

2.3.4 Recursos para la comunicación interna

Los principales canales para la comunicación interna son muy económicos, o incluso gratuitos. Así, su planificación y ejecución dependen más de la intención de ejercerla que de la disponibilidad de dinero. Ofrecemos aquí un pequeño catálogo de medios y canales para la comunicación interna. La lista no es exhaustiva, y el uso de los recursos depende de la creatividad y las necesidades de cada institución.


Reuniones
Son el espacio por excelencia para poner en común mediante, la discusión, las propuestas, las alternativas, el diálogo. Existen numerosos tipos de reuniones: de información, de formación, de reflexión, de toma de decisiones, etcétera. Sea una reunión en asamblea, un seminario o la junta de un equipo específico, es importante prepararla: elección de una fecha, definición de los objetivos a lograr y de un orden del día preciso, envío de la convocatoria, organización de las diferentes intervenciones.
Procuremos que siempre haya una persona que coordine el diálogo y estimule la participación de todo el mundo, así como otra encargada de la relatoría. Conviene que antes de la reunión las y los participantes estén en contexto de qué se aborda, para qué y por qué es importante su concurrencia y participación. Suele ser útil el apoyo de recursos audiovisuales y entregar un resumen por escrito de las exposiciones.

Carta o folleto de presentación institucional
Debe contener como mínimo la misión, los principios o filosofía y los objetivos de nuestra institución o dependencia. Si es posible dar un poco más de espacio, es recomendable incluir un resumen de la historia, el organigrama, la estructura y cultura institucionales. Si no, esto último debe ser otro documento.

Tabla de anuncios
Puede contener información permanente, a manera de prontuario, acerca de, por ejemplo mecanismos administrativos (“Recuerda: para el servicio médico debes presentar tu credencial...”); información emergente (“Urge: la reunión de coordinación programada para mañana se pospone...”), y avisos personales o de intercambio (“Miriam: dejé tu grabadora en la recepción”, o “Le recuerdo a todo mundo que la próxima semana estaré fuera de la ciudad...”).
Es importante que, si cumple más de una función, la tabla esté dividida en secciones identificadas de manera clara. Los mensajes deben ser breves para evitar que la tabla se sobrecargue y pierda su sentido. Es prudente reforzarlos siempre por otros medios (circulares o información oral, por ejemplo). Hay que fecharlos e indicar los remitentes.

Circulares
Las circulares son tradicionalmente recursos administrativos, pero las podemos usar también cuando se quiera informar sobre casi cualquier asunto. Son especialmente valiosas para el manejo de proyectos en los que intervienen varias organizaciones o dependencias; en esos casos se distribuyen en reuniones, congresos, encuentros ocasionales o a través de Internet. La idea es considerar la información como sustento para discutir acuerdos o desacuerdos y recibir sugerencias.

Periódico interno
Usualmente contiene información sobre el movimiento de la institución: logros recientes, nuevos obstáculos, problemas que es necesario abordar, decisiones de coyuntura, informes, documentos para la discusión interna, textos para análisis referentes a proyectos, políticas o actividades en los que participamos, etcétera. Suele incluir también información sobre programas internos o externos e invitaciones a manera de cartelera.
Puede tener avisos como “Los acontecimientos del mes”, por ejemplo. En estos casos, la diferencia con la tabla es la periodicidad. Debe haber un equipo encargado de su realización. El formato más económico es el mural, aunque conviene explorar otros soportes, como el electrónico. Mediante la Intranet es posible contar con publicaciones específicas para comunicación interna.

Síntesis o compendio de prensa
Reúne la información publicada en medios externos sobre nuestra institución, sobre las instituciones similares o aliadas, o sobre los programas o proyectos e iniciativas de los que formamos parte; también sobre los temas o sectores que interesan a nuestro trabajo, incluyendo lo publicado por o acerca de nuestros oponentes. Cuando esta información no es excesiva, puede ser una sección del periódico interno o de la tabla de avisos.

Correo electrónico
El buzón de correo electrónico, aunque es un recurso importantísimo, no debe ser sobrevaluado. Tiene grandes ventajas, como la inmediatez, el que no importe que estemos fuera de la oficina y el hecho de que nos permite intercambiar documentos más extensos que la tabla de anuncios o la circular. Así, como recurso interno es el medio idóneo para avisos urgentes y para la distribución de escritos extensos para la discusión, por ejemplo.
Invitaciones, textos de corrientes de opinión, informes y avisos de seguimiento sobre asuntos que interesan al colectivo son algunos de los contenidos para los que el correo electrónico es un excelente medio. Sin embargo, vale aclarar que no puede sustituir a los demás recursos, y que más bien todos los medios internos deben apoyarse mutuamente.
El catálogo de recursos, sin embargo, es amplísimo. De la carta a la entrevista, de la fiesta a la esquela, de la conferencia a la charla informal. El reto es decidirse a ejercitar la confianza intergrupal y estar en disposición para el intercambio de experiencias, dificultades, hallazgos o propuestas.

2.3.5. Hagamos democracia interna

Una de las ironías más grandes es que la democracia, existente de manera imperfecta en el sistema político, muy rara vez se encuentra en los grupos de trabajo o en las organizaciones de programas o proyectos estatales y de la sociedad civil.
Quien tiene información tiene poder... pero no necesariamente. Y nunca de manera automática. Lo que proponemos en este manual es que la información institucional debe socializarse hacia adentro de cada organización como un ejercicio consciente para detonar procesos de comunicación en los que cada participante obtenga, efectivamente, capacidad de participar, de disentir, de sumarse o no, de conservar o transformar.
Para ello es necesario que cada integrante tenga claro para qué le sirve la información a la que tiene acceso, qué formas de participación implican, qué tipo de decisiones puede o debe tomar, y la dimensión de las implicaciones de cada determinación. Así, como señalamos al principio, la circulación de información es sólo el inicio: una base sobre la cual discutir, encontrar desacuerdos, acuerdos, posiciones, y construir de manera conjunta una idea común de lo que somos, de nuestro trabajo, de la dimensión social de nuestro colectivo.
La comunicación favorece la cohesión en el terreno de las representaciones y significados acerca de la realidad, lo que se refleja en la utilización de un lenguaje común. Si la cultura es “la red de significación” que tejemos sobre nosotros mismos, la comunicación es la herramienta que nosotros, como seres humanos, usamos para interpretar, reproducir, mantener y transformar dichas redes de significado. Una comunicación interna efectiva implica, entonces, la construcción de una cultura institucional.
Ser humano es estar en comunicación dentro de alguna cultura humana, es ver y conocer el mundo desde esa mirada particular, de forma que a diario se reproduce esa cultura en concreto. La comunicación, entonces, constituye la esencia de la cultura, de la organización, de la institución y sus objetivos; en suma, de la vida misma.


3. Los medios de comunicación en México

3.1. ¿A quién pertenecen los medios de comunicación?

En la actualidad mundial, buena parte de la información proviene de la prensa, la radio y la televisión. Decenas de agencias (Ap, Afp, Upi, Dpa, Xinhua, Reuters y Efe, por ejemplo), les suministran millo­nes de palabras diarias en los diversos países, mismas que van a los distintos medios. La primera agencia mundial de prensa fue Havas, nacida en Francia (1832) y sustituida en 1894 por France Presse, en­tidad que tiene clientes en 147 naciones. Este único ejemplo hace visible el significado de las co­municaciones modernas.
Un estudio reciente en México señala que las personas se informan en 61 por ciento por medio de la radio; en 34 por ciento, por televisión, y en un 21 por ciento, por la prensa escrita. Ahora describiremos rápidamente los principales grupos a los que pertenecen esos medios para poder ubicarlos a la hora de establecer una estrategia en favor de nuestra institución.[6]
Es importante considerar que en los últimos años se ha presentado un proceso de acumulación. Es decir, los cada vez menos grupos empresariales de la información son propietarios de cada vez más medios. Esto se presenta incluso en la televisión, no obstante las promesas oficiales de mayor pluralidad derivadas de la privatización del sistema estatal televisivo. Hay que advertir también que las empresas de comunicación tienden cada vez más al concepto multimedia; es decir, un mismo grupo opera distintos tipos de medios. Así, la empresa que antes poseía un periódico ahora tiene radiodifusoras, televisoras, Internet...
En México existen 340 periódicos. El total de la circulación en el país registrada por el Instituto Verificador de Medios y por la agencia de publicidad Vyasa es superior a diez millones de periódicos diarios, dice la investigadora María Elena Gutiérrez (2001). La principal fuente de publicidad, es decir, de los recursos con los que se sostienen económicamente los medios, según Trejo Delarbre (2002), provienen del Estado y de financieras y empresas trasnacionales, según Gutiérrez.
En cuanto a la radio, de acuerdo con la información disponible de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en nuestro país operan 1,413 estaciones. De ellas, 1,149 (81.3 por ciento) son concesionadas, es decir entregadas a particulares para su operación comercial, y 264 (18.7 por ciento) permisionadas; éstas son las radiodifusoras culturales, universitarias, de los gobiernos estatales y comunitarias. De las primeras, 76 por ciento está en manos de nueve familias, según el senador Javier Corral.
La televisión no ofrece un panorama muy distinto: hay 652 estaciones, de las cuales 461 (71 por ciento) son concesionadas y 191 (29 por ciento) permisionadas (SCT, 2002). Sin embargo, un análisis del periodista Jenaro Villamil advierte que “la gran mayoría de las concesiones de televisión en las 31 entidades del país operan como simples repetidoras de alguno de los canales de Televisa o TV Azteca. Incluso se da el caso de que estaciones permisionarias [...] reproducen la programación comercial de alguno de los dos consorcios”.
Es decir, hay un evidente duopolio televisivo. El mismo autor explica que Televisa, con sus filiales y repetidoras en todo el país, acapara 66 por ciento de las concesiones de televisión, mientras TV Azteca dispone de 31 por ciento.
Televisa es, así, una de las principales corporaciones de comunicación. Además de lo señalado por Villamil en cuanto a la posesión de las concesiones televisivas, es propietaria de Cablevisión y de Sky, principales proveedoras de televisión de paga; de la editorial Clío; de Editorial Televisa, que edita las 44 revistas más leídas en México; del portal EsMas.com; de Intermex, la principal empresa de distribución de publicaciones de América Latina y una importantísima productora y distribuidora de cine.
En lo relativo a la radio, en octubre de 2001 Televisa se asoció con el poderoso Grupo Prisa, de España, editor del diario El País. Cada emporio es propietario de 50 por ciento de Sistema Radiópolis que, aunque no figura entre los 10 principales consorcios radiofónicos de México, opera 17 estaciones de radio en el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey y Mexicali, con repetidoras en Veracruz y San Luis Potosí.
Otro grupo importante es el regiomontano Multimedios Estrellas de Oro, de Francisco González. Inicialmente editor de Diario de Monterrey, hoy posee siete periódicos propios, entre ellos Milenio, que se edita en el Distrito Federal, y está asociado con otros cinco. Es dueño también de las revistas Milenio y Fama; de 37 estaciones de radio y nueve de televisión. Servicios de radiolocalización, televisión por cable, Internet, alquiler de espectaculares, 600 salas de cine, cuatro teatros y dos centros de diversión forman parte también de esta empresa.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC) y de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) citados por Villamil, la mayor concentración del control de las concesiones radiofónicas está en 10 grandes grupos: Radiorama, de Javier Pérez de Anda, con 16.27 por ciento de las frecuencias; Acir, de Francisco Ibarra, con 13.43 por ciento; Núcleo Radio Mil, de Vargas y Huesca, con 11.88 por ciento.
A estas empresas se suman Grupo Radio Centro, de Francisco Aguirre, 8 por ciento; Promosat o Grupo Promomedios, de Arturo Zorrilla Martínez, con 4.9 por ciento; MVS, de Joaquín Vargas Guajardo (también accionista de Radio Mil), con 4.30 por ciento; la cadena Rasa, de la familia Laris, con el mismo porcentaje; la Organización Radio Fórmula, de Rogerio Azcárraga, con 3.79 por ciento; Multimedios Estrellas de Oro, de González, 3.4 por ciento, y Radio S.A., presidida por Carlos Quiñones, con 3.18 por ciento.
Un consorcio importantísimo es la Organización Editorial Mexicana (OEM), de Mario Vázquez Raña, que posee la cadena de periódicos más amplia del país. Son 63 diarios, muchos de ellos los principales de las ciudades donde se editan. Así, la editora de El Sol de México, La Prensa y Esto es propietaria también, por ejemplo, de Diario de Xalapa, Diario de Querétaro, El Heraldo de Chihuahua, El Sol de Acapulco, El Sol de Morelia, El Sol de Zacatecas, La Voz de la Frontera, La Voz de Puebla... entre muchos otros. Los medios de OEM suelen intercambiar información, de manera que una nota recabada por Diario de Xalapa puede aparecer en cualquiera de los demás medios, y en varios simultáneamente.
Mario Vázquez Raña posee también 23 estaciones de radio y una de televisión. Su hermano Olegario es dueño de 79 por ciento del radiofónico Grupo Imagen, en cuyo sitio de Internet se presume de una amplia cobertura con 66 estaciones en 26 de las 32 entidades del país.
Otro grupo editorial es el Consorcio Interamericano de Comunicación (CICSA), editor de los diarios Reforma, del Distrito Federal; El Norte, de Monterrey; Mural, de Guadalajara, y Palabra, de Saltillo. El Norte, fundado en 1938, fue el primero de la empresa que hoy es propiedad de Alejandro Junco de la Vega. El historiador José Luis Esquivel Hernández narra:

Con el ambiente enrarecido también por la amenaza de la Segunda Guerra Mundial y la precipitada precandidatura de un grupo político en favor del temible Francisco Múgica para suceder a Lázaro Cárdenas, los empresarios decidieron salir a la palestra con un medio desde Monterrey y después, en 1939, alentar la formación del Partido Acción Nacional (PAN), que decidió unirse a la campaña del Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN) a fin de llevar al poder al general Juan Andrew Almazán, líder de los militares anticardenistas, cuando el candidato oficial ya era Manuel Ávila Camacho.
El Norte apareció el 15 de septiembre de 1938, con ocho páginas, a un precio de cinco centavos, y con un tiraje de 15 mil ejemplares, que era todo un alarde si se toma en cuenta la tecnología de aquellas fechas, el número de habitantes de Monterrey y la competencia severa que representaba El Porvenir.

El Grupo Reforma, de acuerdo con la investigadora María Elena Gutiérrez, tiene cerca de 270 microempresarios y 36 franquicias, que a su vez poseen unos 500 repartidores y aproximadamente 56 mil suscripciones diarias. Una de las principales ventajas competitivas del Grupo, dice, es producir el periódico los días que los demás medios no lo hacen, y generar suplementos para cualquier lector: ejecutivos, amas de casa, jóvenes y niños. Adicionalmente estableció alianzas con la Compañía Periodística Meridiano, de Enrique Gómez Orozco, editora de los diarios A.M. de Guanajuato, León, Querétaro, Irapuato, Salamanca, Celaya y San Francisco del Rincón.
El Universal, de Juan Francisco Ealy Ortiz, fundado el 1916, es el diario más antiguo de la ciudad de México y edita cerca de 90 mil ejemplares diarios (Trejo, 2002). Normalmente utiliza la información para nutrir su agencia, Servicio Universal de Noticias (SUN), con presencia en varios medios de los estados; el servicio informativo El Universal OnLine, y dos periódicos de corte popular de amplísima circulación en el Distrito Federal: El Gráfico y ElM, además de La Revista y Tentación.
La Jornada, cooperativa fundada en 1984, edita cerca de 50 mil ejemplares diarios (Trejo, 2002). Su agencia de noticias, Asic, tiene ya una notable presencia en los medios de los estados, al igual que Apro, del semanario político Proceso.
El Financiero, de Rogelio Cárdenas, reporta un tiraje diario de 147,000 ejemplares que distribuye en más de 230 ciudades del país. Según Trejo Delarbre, imprime 35 mil. Es el único periódico que tiene centros de impresión en varias ciudades del país, lo que le asegura una distribución eficaz. Tanto el impreso como la agencia de noticias, Finsat, son considerados medios de referencia en asuntos económicos, como lo fueron hace algunos años en el ámbito de la política mexicana.
El grupo Editores del Noroeste, de la familia Healy Loera, edita los diarios El Imparcial, en Hermosillo; La Crónica, en Mexicali y Frontera, en Tijuana. La circulación total registrada del grupo es de 55,263 ejemplares diarios (Gutiérrez, 2001). En el otro extremo del país, Diario de Yucatán, de la familia Menéndez, pese a la competencia, domina el mercado de la información prácticamente en los tres estados de esa península.
Los medios, por supuesto, son muchísimos más, pero consideramos que la relación anterior puede dar noción de la importancia de estar en todos. Es cierto que tienen sus líneas editoriales, áreas de interés y tendencias políticas bastante definidas. A simple vista, parece imposible que nuestros quehaceres tengan cabida fuera de los muy pocos medios que tal vez compartan nuestra perspectiva del mundo. Sin embargo, a contrapelo, debemos tomar en cuenta que la competencia entre ellos, por la publicidad y por la información, les obliga cada vez más a abrir sus páginas a tendencias incluso opuestas a las suyas.
Además, y principalmente, ningún medio es monolítico. Todos están compuestos por personas, y en cada equipo humano seguramente podremos encontrar mujeres y hombres a quienes considerar aliados para romper el cerco, para entrar a los medios.

3.2. Los medios y la perspectiva de género

Las personas hemos construido y construimos permanentemente nuestra idea de realidad a partir de la imagen de ésta proporcionada por los medios. Por supuesto que intervienen muchos otros factores. Los medios no son el único elemento, pero sí establecen un conjunto de conocimientos concretos sobre asuntos específicos y sobre lo que somos las mujeres y los hombres; aportan una imagen general sobre espacios simbólicos de la vida social y, claro, también omiten información.[7]
Así, el poder de los medios no se basa únicamente en los mensajes que distribuyen, sino también en lo que es omitido: en los asuntos que dejan de cubrir y que quedan fuera de los elementos dispuestos públicamente para elaborar las representaciones de la realidad.
¿Y la perspectiva de género? ¿Las organizaciones de la sociedad civil? ¿Los proyectos inclusivos, novedosos, democráticos? ¿Logramos que nuestros planteamientos y perspectivas formen pare de la información mediada disponible para la construcción de representaciones colectivas? ¿Qué tanto conseguimos aportar a la transformación de ese marco que otorga sentido a la realidad?
Realmente muy poco. Mayoritariamente, estamos en esa parte omitida, invisibilizada. Es el caso de nuestras percepciones, sobre todo de género y democracia, pero también de la mayoría de los actores sociales que no forman parte del centro de poder político y económico. Es también la situación de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los gobiernos democráticos, de los mecanismos formales de la mujer, de los sindicatos independientes, de las familias homosexuales...
Dos botones de muestra, ambos de medios impresos que son considerados como los que tienen mayor capacidad de jerarquizar entre el público la importancia de los problemas o asuntos que abordan por encima de la televisión.
Una investigación realizada por CIMAC en 2000 muestra que los medios impresos no sólo reflejan la desigualdad con la que hombres y mujeres convivimos todos los días en la cotidianidad: a simple vista no se nota que ésta sea mayor que en cualquier acontecer social; pero en un análisis más fino y a profundidad vemos cómo esas desigualdades se tornan en discriminaciones que se sustentan en estereotipos de género.[8]
La respuesta encontrada a la pregunta general sobre cuántas mujeres son protagonistas de las noticias fue abrumadora: solamente 16 por ciento del protagonismo en las notas es femenino, porcentaje que de ninguna manera es representativo de la población femenina nacional (52 por ciento), ni de la fuerza laboral que las mujeres representamos en el país (38 por ciento).
Además, la frecuencia en la participación protagónica femenina es inversamente proporcional a la importancia subjetiva otorgada tradicionalmente a los temas que se abordan y a las secciones en que se dividen los periódicos. En otras palabras, a mayor importancia del tema o de la sección, menor número de mujeres aparecen como protagonistas.[9]
Un análisis más reciente (González, 2004), también sobre medios impresos del Distrito Federal, muestra que esa tendencia se pronunció aún más con respecto a las mujeres. Y evidencia cuáles son las principales fuentes de información que se convierte en noticia: Poder Ejecutivo, 42.08 por ciento de las noticias; Poder Legislativo, 14.81 por ciento; partidos políticos, 10.13 por ciento... La lista va decreciendo y nos encontramos con que sólo 3.90 por ciento de las notas son derivadas de información proporcionada por organizaciones de la sociedad civil, mujeres o proyectos de género.
La proporción es similar en cuanto al espacio en centímetros cuadrados destinado a cada actor, y en el número de ocasiones en que se cita a unos y otros. La preeminencia de las fuentes masculinas, gubernamentales, y específicamente del Poder Ejecutivo tradicional, es evidente en cualquier análisis e incluso a vuelo de pájaro.
Compiten además todas las informaciones provenientes de otras poblaciones o ciudades que envían las o los corresponsales, junto con los comunicados pagados y la publicidad comercial.
Los monitoreos que en todo el mundo ha impulsado el movimiento feminista desde 1995 muestran que, al igual que en los análisis realizados parcialmente en México y otros países, la representación de las mujeres apenas consigue un 9 por ciento en las secciones generales y un 0.02 por ciento en titulares de primera plana. Con esto se comprueba que no se ha logrado insertar valorativamente las acciones desde el movimiento feminista y el movimiento de mujeres, a pesar de sus movilizaciones y propuestas de cara a las organizaciones internacionales.[10]

3.3. La mecánica de los medios

Cada medio establece sus mecánicas de acuerdo con sus propias características, intereses y limitaciones. Sin embargo, se trate de un periódico local o de una agencia internacional, la producción de las noticias suele atravesar por cuatro etapas básicas.

Planificación
Es el momento en que las jefaturas de información se ponen de acuerdo con las y los periodistas que se encargarán de recoger las noticias al día siguiente. En la mayoría de los medios, aunque la jefatura entrega órdenes a sus periodistas, existe un espacio de diálogo, de negociación, entre los intereses y las agendas de ambas partes. Este espacio suele ser hacia las cuatro de la tarde en varios medios, hacia las siete en otros, y en otros, los menos, a primera hora del mismo día de la cobertura.
Es un momento clave si nos interesa que haya periodistas en actividades organizadas por nuestras instituciones o agrupaciones. Es cuando se hace la primera valoración sobre la importancia de los acontecimientos; cuando se arma la agenda del día siguiente con base en el interés editorial de la empresa, pero también con influencia de lo que las y los reporteros saben que ocurrirá en la jornada y consideran que es importante. En los estados de la Republica, los editores dan a las y los periodistas una cuota fija de notas al día.

Recopilación
Es cuando las y los periodistas salen a la calle a recabar información con base en la agenda acordada con su medio. Es importante tomar en cuenta que normalmente las y los reporteros tienen que acudir a tres, cuatro o cinco lugares en una misma jornada, e inmediatamente después llegar a sus redacciones, pasado el mediodía, a procesar la información que obtuvieron. El tiempo que tienen para hacerlo es mínimo. Es lo que explica el enojo de periodistas cuando una actividad a la que asisten no cubre sus expectativas de relevancia informativa.

Selección
En este proceso participan básicamente las jefaturas de información y de redacción, pero también, nuevamente, las y los periodistas. Es cuando se valora la información obtenida durante el día por reporteros y corresponsales, por parte de las agencias de noticias, así como de boletines, transcripciones y otros documentos que hayan sido enviados a la redacción.
Aquí la competencia, la pelea por el espacio, es dura. Algunos cálculos señalan que los medios publican poco menos de 25 por ciento de la información que reciben; otros mencionan que 90 por ciento es rechazada. Para que una noticia sea publicada debe haber convencido de su importancia no sólo a la persona que cubrió nuestra información; ésta deberá todavía luchar por un espacio contra una enorme cantidad de noticias en un proceso en que la información es valorada por personas que no necesariamente comparten nuestra perspectiva sobre lo que es relevante.

Producción
Nuestra nota, una vez aprobada, es al fin escrita o grabada. La jefatura de redacción le asigna un espacio en alguna plana, sección o estructura del noticiario o la página web. En los medios impresos la noticia pasará a manos de un redactor, o de un productor en los medios electrónicos. El redactor revisa la estructura, redacción y ortografía; valora nuevamente la información, define el titular y entrega la nota a un editor, quien finalmente delimita el espacio específico que ocupará en la plana y, si lo considera necesario, reducirá el contenido para ajustarlo al espacio que juzgue pertinente.

3.4. Qué es la noticia

La noticia pretende suministrar la máxima información en el menor tiempo o espacio posible. Si queremos que nuestra información, la palabra de una organización, nuestras acciones o nuestras palabras sean noticia, debemos tomar en cuenta ciertas normas básicas que rigen el tema periodístico. Para que nuestra información esté en los medios es muy recomendable practicar permanentemente la redacción noticiosa, aunque no nos interese dedicarnos al periodismo.
Tradicionalmente, la noticia responde a seis preguntas en torno a un hecho: qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué o para qué:

Qué: es el hecho noticioso, el eje informativo. Es el acontecimiento, lo que sucedió, la acción de la que va a informar la noticia.
Quién: es el o la protagonista, individual o colectivo. Es quien realiza la acción.
Cuándo: es el tiempo concreto en que se sitúa la acción o el hecho.
Dónde: el espacio de desarrollo de los hechos.
Por qué o para qué: explica las razones que han motivado el acontecimiento. Además, introduce en muchos casos elementos de valoración que superan la simple descripción de los acontecimientos.
Cómo: describe las circunstancias y las modalidades que han revestido los hechos.

Respondidas las preguntas, tenemos ya la información que será materia prima de nuestra noticia.

Estructura de la noticia
Con la información anterior seguramente ya definimos qué es lo más importante. Debemos comenzar por ahí, y los demás datos distribuirlos a lo largo del texto en orden descendente de importancia. Este esquema se conoce como estructura de la pirámide invertida y pretende cumplir dos objetivos: el primero y más importante es que de esta forma el lector puede informarse de lo más importante de la noticia con rapidez, y si prosigue con la lectura podrá completar su información enterándose de más matices y profundizando sobre el acontecimiento.
Las partes de las que consta una noticia son cabeza o titular, entrada, cuerpo y remate.


Titular
Entrada
CuerpoInformación presentada
en orden descendente
según su importancia
Remate
· Titular: es la llamada de atención con que los medios anuncian la noticia. En el titular se recoge lo más sobresaliente y de mayor impacto. En el lenguaje periodístico se llama cabeza.

· Entrada: Es el primer párrafo, por lo general de cinco a seis líneas, donde en una oración se responde a la mayoría de las seis preguntas. La entrada contiene los elementos más importantes de la información.

· Cuerpo: Es el desarrollo de la noticia, el conjunto de párrafos que siguen a la entrada. En el cuerpo se desarrolla el hecho que se quiere dar a conocer y se realiza en orden decreciente de importancia. Lo más sobresaliente debe quedar siempre más cerca de la entrada. Su función es ampliar los datos y ofrecer una visión integral.

· Remate: Es el último párrafo; su característica central es que contiene un dato secundario, pero concluyente. Esta parte de la noticia está ahora casi en desuso.

3.5 La noticia no sexista

La elaboración o búsqueda de noticias no sexistas deberán tomar en cuenta aspectos fundamentales de la vida de relación entre los hombres y las mujeres:

Sujetas: Considerar que las mujeres que producen información o que son protagonistas de las noticias siempre están en desventaja. No es lo mismo una política que un político. La política siempre será vista bajo sospecha. No puede ser juzgada por sus acciones sin considerar su circunstancia. Al acercarnos a estas personas debemos tomar en cuenta su “doble jornada”, tomando en cuenta que todavía la sociedad le exige cuidar de su familia, ser responsable de su hogar, verificar su buena presencia de acuerdo con los cánones establecidos en la diferenciación genérica; elaborar un lenguaje cuidadoso o diferente, etcétera.
Es necesario revelar la participación de las mujeres en las actividades que vamos a reportear, de las que vamos a tomar la información necesaria. Hacer sujetas de información a las mujeres requiere nombrarlas como tales en cualquier campo.

Fuentes: En los últimos 30 años, los gobiernos pactantes en la Organización de las Naciones Unidas empezaron a elaborar y desarrollar medidas de política pública para el avance de las mujeres. Esto dio lugar a la creación de nuevas instituciones y programas.
Igualmente, en México desde los años 70, las mujeres se organizaron en grupos civiles y políticos. Conformaron el Movimiento Feminista.
Las nuevas políticas públicas y la acción de las mujeres en la vida pública y social han generado una enorme cantidad de referencias para tomar en cuenta en las fuentes informativas al construir informaciones y noticias. Los debates generados en el seno de estos espacios también producen conocimiento genérico y ofrecen puntos de vista asertivos e importantes para la discusión pública. Son las mujeres, además, protagonistas en muchos campos.
De igual forma, en el mundo de la academia se han establecido programas de investigación y reflexión de género que están produciendo análisis genérico de distinta factura. La noticia tradicional no da cabida a estas expresiones que están en la vida y la sociedad. Tomar en cuenta estos cambios es fundamental
Las nuevas fuentes están a la vista: institutos de las mujeres, grupos feministas, estadísticas de la mujer (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI), investigaciones sobre la mujer en los campos laboral, campesino, político. Además, hay estudios diversos sobre la sexualidad y la reproducción y acciones políticas en una agenda anual del movimiento feminista, como: el 8 de marzo, el 28 de mayo, etcétera.
Escudriñar en estas fuentes puede hacer la diferencia en el contenido, la orientación y la materia noticiosos constantemente.

Enfoque: Tomando como base las recomendaciones sobre cómo estructurar la noticia, podemos afirmar que es fundamental construir la información sin rasgos discriminatorios. Es importante hacer notar en las informaciones que las mujeres estuvieron presentes, que hablaron, que participaron, que hubo en una reunión o movimiento hombres y mujeres, de la misma forma en que muchas ocasiones se incluye a diferentes grupos o comunidades.
En muchas actividades, sobre todo en poblaciones de alto grado de migración, son las mujeres quienes protagonizan las protestas políticas y sociales o la elaboración y el desarrollo de programas comunitarios.
Debemos incluir en este enfoque uno diferenciado, haciendo notar la participación de hombres y mujeres y marcando la diferencia acerca de cómo participan unos y otras. Esto es muy claro cuando hablamos de la producción de bienes y servicios; de los procesos de selección en la matrícula educativa; de los efectos de fenómenos como el alcoholismo y la delincuencia.

3.6. La agenda setting

Es ya un tópico admitir que las noticias no son un reflejo de la realidad, sino una representación de la misma, es decir, una reconstrucción (o construcción) de los acontecimientos en forma de discurso como resultado de varios factores, entre los que se encuentran los procesos de selección llevados a cabo por periodistas, las condiciones de producción y los formatos de los medios.
La teoría de la agenda setting tuvo su primera aparición durante 1968 en la investigación realizada por Maxwel McCombos y Shaw durante las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Desde la década de los sesenta ha sido utilizada en campañas políticas; sin embargo, ésta no es su única utilidad, ya que también ha sido empleada para estudiar diferentes comportamientos de la audiencia.
La agenda setting afirma que los medios otorgan relevancia a unos determinados temas y ocultan otros, y de esta forma influyen en el público señalándole a qué asuntos habrá que prestarles más atención (McCombs y Shaw, 1970). Básicamente, la teoría es una vuelta a la consideración de los medios como todopoderosos, pero en este caso no porque manipulen a la gente sino porque marcan la "agenda" de temas sociales, es decir, en un mundo en que toda la información nos llega a través de los medios, son éstos los que deciden la percepción de la realidad social que tiene la gente.
Las líneas en las que se fundamenta la agenda setting están basadas en lo que los medios le indican a la audiencia sobre los temas acerca de los cuales deben pensar: atraen la atención de la audiencia hacia ciertos acontecimientos, restándole importancia a otros. Detrás de esta tesis se sitúa el concepto de que la información es tanta que los medios no pueden dar cabida a toda. En consecuencia, se impone una selección. El concepto de valor noticioso explica en parte por qué un evento se convierte en noticia mientras otros quedan ocultos al ojo público (Galtung y Ruge, 1965; Schulz, 1982).
La agenda setting propone que existe una relación entre el orden jerárquico de acontecimientos presentados a los medios y la jerarquía de significación dada a esos mismos problemas por parte del público y los políticos, como lo refleja Judith Lazar en Ciencia de la Comunicación.
En este campo de la agenda, generalmente la imagen e intervención de las mujeres en la arena pública suelen ser totalmente invisibilizadas. Sus propuestas también. La agenda que jerarquiza las omite una y otra vez. Podemos, desde nuestro campo de acción, dar relevancia a la participación femenina aun desde los materiales oficiales, tanto como en los que noticiosamente realizamos en la vida diaria como periodistas.

Según Shaw, la agenda setting sostiene que “como consecuencia de la acción de los periódicos, la televisión y de los demás medios de información, el publico es consciente o ignora, presta atención o descuida, enfatiza o pasa por alto elementos específicos de los escenarios públicos. La gente tiende a incluir o a excluir de sus propios conocimientos lo que los medios incluyen o excluyen de su propio contenido”. Es fácil concluir que si el tema de género o de las mujeres no tiene poder, no tiene estrategia de inclusión ni será calificada o revalorada.
Actualmente, la agenda del movimiento feminista internacional y de las agencias de Naciones Unidas han señalado que uno de los problemas básicos de la desigualdad, o una de las más claras evidencias del ordenamiento social misógino, es la reiterada violación a los derechos humanos de las mujeres; la violencia contra ellas, cuyo extremo es el feminicidio, pudiera ser permanentemente ocultada o revelada en forma amarillista en los medios de comunicación. Pero el tema, por ominoso, está hoy en la agenda y no olvidarlo igualmente puede hacer una diferencia vital en el contenido y la jerarquización de las informaciones.
Si la teoría es cierta y los medios determinan lo que la gente considera o no importante, vale la pena comenzar a preguntarnos si basta que nuestras propuestas y acciones estén ocasionalmente en los medios, o si queremos formar parte de su agenda y tener presencia permanente. Contar con estadísticas diferenciadas entre hombres y mujeres, en todos los campos, puede hacer posible romper la agenda en los medios.



4.- El lenguaje no sexista

4.1. El sentido de las palabras

La lingüística es una ciencia fascinante. Quienes la estudian afirman que, antes de que todo el andamiaje social fuera construido, los primeros habitantes del planeta tuvieron que comunicarse y que fue la lengua un vehículo generado a partir de la necesidad.
Las palabras antecedieron a los conceptos. Sin embargo, las palabras fueron escondiendo sentido, significados, imágenes y conceptos. Dice Álex Grijelmo en La seducción de las palabras, que “nada podrá medir el poder que oculta una palabra”; son las palabras, al igual que los hombres y las mujeres, poseedoras de la semilla de una herencia cultural que trasciende a la lengua de un pueblo. Son las palabras “embriones de las ideas, el germen del pensamiento, la estructura de la razón” (op.cit).
Las palabras son significados. Es decir, son signos que con solo ser pronunciados o escritos nos remiten a una idea. “S mayor poder sígnico, mayor es la subordinación de las palabras”.[11]
Los signos no son vehículos vacíos; su aparente diferencia está dada por la fonética. Por el sentido que se les imprime. A través de ellas es posible construir frases y cadenas de frases de un discurso. La producción del discurso es monopolio de la esfera del conocimiento, el mismo que se acumuló a través de los siglos desde una perspectiva de poder. ¿Quiénes han tenido el poder de acumulación de conocimiento?
Hasta ahora, la crítica feminista ha hecho evidente que en el variado y amplio lenguaje castellano contiene una estructura discriminadora y sexista. El acuerdo cultural de nombrar hombre como sinónimo de humanidad hace que el lenguaje esté cargado de un significado y significante masculino; no por la “o”, sino por el contenido. Pensar universalmente es pensar que al nombrar el mundo lo hacemos incluyendo a las mujeres, lo que es evidentemente falso. Nombrar a las mujeres, como dice la escritora Griselda Alvarez, es incluir la “A” en la lengua y denotar la “A” en el contenido, trascendiendo las formas gramaticales y subvirtiendo al tiempo ideas y contenido.
La adquisición del lenguaje, dice Grijelmo, se ancla en la inteligencia de las personas desde el nacimiento. Es el primer aprendizaje de los seres humanos. La lengua, entonces, es un legado que acumula experiencias seculares, las agranda y las enriquece a medida que se heredan. Cualquiera que hable una lengua, como explicó el lingüista norteamericano Noam Chomsky, interioriza una gramática generativa que expresa el conocimiento de ese idioma.
El aprendizaje de la lengua es muy complejo: como experiencia de conocimiento, pasa de las primeras relaciones al nacer a la construcción paulatina y permanente de ideas y conceptos. Pero es verdad que una persona con menos de dos años ya tiene herramientas suficientes para construir oraciones, y así se van asumiendo involuntariamente las conjugaciones y las concordancias, pero también se interiorizan los significados y los significantes. Se abre a las palabras un abanico de signos que consiguen perpetuarse, sumando en el bagaje personal, lentamente, las connotaciones de cuantas culturas las hayan utilizado.
Como hemos dicho más arriba, la asignación de lo propio para los hombres y lo propio para las mujeres fue un proceso construido culturalmente. La conceptuación de lo que somos unas y otros operó desde las primeras formaciones humanas signadas por la lucha y el poder; por el devenir de una historia donde lo masculino fue considerado preponderante y de mayor valor.
La lengua es el vehículo fundante de la cultura por ser, como vimos, el mecanismo primario de la comunicación. Y es así como la lengua es el vehículo de la conceptuación de lo que cada uno o una nos autorrepresentamos.
Cambiar el sentido a las palabras, lenta y permanentemente, es lo que hasta ahora ha producido la cultura de género feminista. Nombrar con “A” no es suficiente (compañeros y compañeras); la construcción oral incluyente podría originar y ha originado nuevas palabras y nuevos conceptos; nuevos sentidos para algunas palabras y la construcción de nuevos discursos.
De Barbieri lo define claramente: “Tal vez una de las características del mundo de hoy sean las cataratas de palabras que caen sobre las y los lectores de publicaciones de todo tipo”; y es que nuevos problemas han dado origen a conceptos y categorías que se trasmiten rápidamente a los medios (T. de Barbieri, op.cit).
Lo que hoy conocemos como políticas de equidad de género ha producido ya nuevas y variadas palabras en el lenguaje que buscan definir, justamente, esta equidad Y aunque la equidad fue definida por Cicerón como “dar a cada quién lo que necesita”, ha querido sustituir a la idea de igualdad del lenguaje marxista del siglo XX.
Pero equidad e igualdad para todas las personas tienen un significado superior: conseguir la inclusión de hombres y mujeres en la vida humana. Y llegar a este trasfondo del lenguaje internacional no ha sido posible todavía para la lengua corriente. Ambas palabras se confunden permanentemente porque todavía no se ha hecho herencia del concepto, es decir, de la recuperación de la humanidad para las mujeres.
El sentido es lo que parece estar en juego. Ejemplo: vieja puede ser una mujer mayor; pero vieja es la posesión de un hombre en el matrimonio; vieja es peyorativo si se define como adjetivo y es vieja también una cosa antigua.
La lengua, dije Grijelmo, es -por tanto- dinámica: cambia con el tiempo según las circunstancias. Una palabra puede viajar por distintas acepciones según cada época, pero también hay, como decíamos arriba, nuevas palabras que corresponden a nuevos conceptos. Ejemplos: antes de la Revolución Francesa no existía la palabra feminismo; antes de 1977, en castellano género no correspondía a la construcción cultural de lo propio de mujeres o de hombres.

4.2 El habla

Vivimos una época donde se han desgastado muchas palabras que encerraban conceptos fundamentales. La palabra cambio, en su acepción política, puede ser una seducción política, dice Grijelmo. La palabra acorde, que viene de la lengua indoamericana, pasó por una raíz que denotaba solamente el correcto sentido del sonido de un instrumento. Actualmente, acorde/acuerdo/concordancia son palabras nacidas de acorde que contienen bases de diálogo y encuentro, porque además se han completado profundamente con corde que quería decir corazón. El acuerdo es una profunda idea de dos corazones encontrados. Y, sin embargo, podemos pensar que un acuerdo es una complicidad.
Todo ello para señalar que la recuperación del habla con sentido podría establecer una nueva morada del ser y recobrar la capacidad humana de engendrar mundo por medio de la creación de imágenes poéticas o de imágenes equitativas. Cuando se habla se está en un juego de signos, significantes y fantasías anclados en largos procesos de aprendizaje. Saltan libremente en el habla, y el habla -sabemos hoy- gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, puede viajar en fracciones de segundo por espacios cibernéticos infinitos.
Pero el habla no es inocente: ha heredado significados profundos; el habla en un noticiario está, como espejo, transmitiendo ideas y conocimientos. Además hay palabras y frases del habla que contienen códigos. El lenguaje está lleno de códigos: expresa al mismo tiempo cómo se piensa, cómo se siente y cómo se actúa. Es referente y espejo colectivo.
El lenguaje tiene, así, un papel preponderante en la historia social, porque refleja el sistema de pensamiento colectivo, el imaginario social. Cada sociedad y cada época lo moldea según sus intereses. El lenguaje, entre otras expresiones del pensamiento, refleja el sentir y actuar de cada sociedad.
Ser definida como madre soltera, decir acerca de una madre soltera, tiene todo un código construido previamente; casi se diría que fue heredado de ideas precisas que nos llevan a concepciones infinitas y asignaciones simbólicas. Es una frase clave, con código, que responde a una idea de cierto tipo de mujeres. Es, además, un estereotipo.
Hablar no es inocente: responde a un modo de pensar, de sentir, de creer, de mirar, de enseñar, de establecer un intercambio de códigos que se expanden.

4.3. La carga del discurso

Uno de los aportes más importantes de la reflexión feminista sobre la comunicación es el descubrimiento del discurso sexista. Los estudios feministas sobre el lenguaje han demostrado que las normas gramaticales que colocan a lo femenino en posición inferior y subordinado de lo masculino trasmiten valores que influyen en la construcción de la identidad de género. [12]
La reivindicación de la igualdad en el tratamiento lingüístico va más allá de escribir la/lo o @ para significar sustantivos o adjetivos que se refieren indistintamente a lo masculino y a lo femenino: implica la eliminación de la preeminencia gramatical de lo masculino, como también la revisión de los diccionarios, y un mayor equilibrio en los textos de escritores y escritoras, entre otras cosas.

4.4 Contenido del lenguaje

Incorporar el enfoque de género en la lengua es una tarea descomunal. Si estamos de acuerdo con el análisis de Grijelmo, veremos que la evolución del idioma -cualquiera de que se trate, pero especialmente la castellana- no puede suceder sino por la acumulación de millones de experiencias y de usos que confluyen en una costumbre; decisiones democráticas de los pueblos, o feministas, de mujeres y hombres, por su cuenta, pueden enriquecer la lengua pese a la influencia de las cúpulas sociales y de los medios de masas, de los que generalmente emanan efluvios empobrecedores.[13] Independientemente de la Academia de la Lengua, se usó, hace ya dos décadas, por influencia feminista, la “A” en todas las profesiones.
A pesar de ello, las palabras de la lengua tienen una vida larga y amplia; las palabras pronunciadas por los abuelos pueden sobrevivir a todas las influencias, porque se incrustaron en nuestra gramática universal cuando estábamos adquiriendo las herramientas del lenguaje, las que siempre anidarán en nuestra inteligencia, es decir, en nuestro juicio y prejuicio.
Los abuelos creían firmemente que había mujeres buenas y mujeres malas; tras esa afirmación estaban hablando de lo que se espera de la conducta de unas y otras. Y esta conducta depende de valoraciones conceptuales profundas relacionadas con la maternidad y la sexualidad. Una madre parece que siempre será buena; una mujer que se prostituye será simplemente mala. No hay un análisis de lo que significa vender su cuerpo, ni de cómo realmente una madre, es decir, una mujer, por un hecho biológico, está libre de sospecha.

4.5 Ejercicio no sexista

La propuesta es modificar el sentido: eso cambiará la gramática. Hablar hoy, sin castellanizar, de affidamento (que quiere decir reconocimiento a las otras mujeres desde las mujeres), término ahora de uso corriente entre feministas de habla castellana, podría sustituir en el futuro inmediato a la palabra significante de asociación entre mujeres. Es mucho más profundo hablar de affidamenteo, porque no es necesaria la asociación efectiva o interesada, sino la que denota reconocimiento amplio y general de mujeres entre mujeres de todo el mundo.
Es, entonces, el contenido lo que debe importarnos. La lengua castellana es muy rica en acepciones y es posible cambiar las oraciones, el sentido y los contenidos, una vez que podemos acceder a una idea distinta de lo que somos los hombres y las mujeres.
La valoración de lo femenino, por ese intrincado sistema heredado de la cultura, es hasta ahora una valoración ínfima. Un ejemplo muy sencillo que no obliga a usar la “A” o que no incluye a la “O” es significativo. Veamos: “Marcos al poder, Salinas a barrer”, fue una frase de marchas y mítines durante 1994 para contraponer la acción de barrer como disminuida y desvalorizada frente al poder político. Y barrer es una acción relacionada directamente con el trabajo doméstico.
Entonces, el significante de fondo para relevar el valor social de un subcomandante encapuchado de los campos de Chiapas fue darle poder político en lugar de enviarlo a barrer, acción que realiza la enorme mayoría de las mujeres. Como dice Grijelmo, hablamos de barrer, con toda su estela de significados, “involuntariamente, por herencia”. Todas las personas conocen la acción, saben quién la realiza y qué significado tiene en la vida social: es una acción vulgar y común de las mujeres, sin valor.
Podríamos entonces señalar que un lenguaje no sexista no es solamente aquel que incluye a la “A”, todo el tiempo, sino es aquel que define a cada instante el valor de las personas. En los rasgos del lenguaje, en sus frases hechas, en sus oraciones comunes y corrientes; en lo que se conoce como “modismos” de una población, comunidad, pueblo, o cultura se esconde el poder de la discriminación de determinadas personas y de todas las mujeres. Como decir, sin querer, vieja, criada, gorda, femenina, madre, desmadre, etcétera. Y todas llevan la “A”
Es evidente que incorporar la perspectiva de género en el lenguaje, entonces, implica más que ciertos usos del mismo. Las lenguas son sistemas de comunicación creados por los seres humanos a su imagen y semejanza; por ello, en sociedades en las que se establece una diferencia social entre los sexos existen el femenino y el masculino.

4.6 El sexismo en el lenguaje

El sexismo es una de las consecuencias del patriarcado. Se define como la práctica discriminatoria por la cual se le asignan características psicológicas, comportamientos y papeles sociales fijos a hombres y mujeres por el solo hecho de pertenecer a determinado sexo.
Nos parece urgente descifrar y, sobre todo, comprender y desmontar el cómo los medios crean, recrean y hacen circular las ideas acerca de lo masculino como superior a lo femenino. Intentemos desentrañar las complejas redes de mensajes y comunicaciones que la industria de los medios entrañan.
Un grupo de ejemplos relativos a nuestra tarea cotidiana puede ayudarnos. Decimos que la discriminación empieza con el lenguaje; un uso del lenguaje que represente de verdad a las mujeres y que no las excluya podría caracterizarse así:

NO oculta: por ejemplo, cuando se habla de la “evolución del hombre”, “la historia del hombre” o, simplemente, cuando se alude a un grupo de niños de ambos sexos y se dice “llegaron los niños”, debemos ser nombradas: es la evolución de la humanidad, la historia de la humanidad y “llegaron las criaturas o las niñas y los niños”.

NO subordina: “si tu marido tiene otras, no olvides que tú eres la catedral y las otras las iglesias” o “detrás de un gran hombre existe una gran mujer” son afirmaciones populares que subordinan a las mujeres.

NO subvalora: pongamos como ejemplo el título de una nota periodística: “La política de faldas” o las “Mujeres del congreso se pusieron los pantalones”. Si son mujeres no pueden hacer política a lo grande. Se las subvalora.

NO distorsiona: “las mujeres son un grupo vulnerable”; “la vulnerabilidad de las mujeres las coloca así”; “hay una absoluta opinión sobre lo que deben hacer las mujeres; no podemos ir contra ello”. Sabemos hoy que las mujeres somos mayoría de la población, no un grupo, y no somos por naturaleza vulnerables.

NO excluye: “si no fuera por los científicos no hubiéramos logrado los avances”; “la mayoría de los hombres son inteligentes”. Estas frases excluyen a las mujeres. Podrían ser: “la ciencia ha progresado por los esfuerzos de la humanidad”, o “en la historia donde hombres y mujeres crearon...”

NO olvida: Cuando se hace una nota hay que decir lo que dijeron los hombres y las mujeres. En general, se dice lo de los hombres y se olvida a las mujeres, a menos que ellas sean las que lo digan desde el mayor poder. Pero si es una nota de un conflicto popular o del campo, se las olvida, no se las ve.



4.7 El lenguaje y los estereotipos

En nuestra lengua, uno de los recursos de mayor significación sexista es el uso en la lengua escrita o hablada de los estereotipos. La definición casi celestial de lo que somos los hombres y las mujeres, de nuestras características positivas y negativas, ha significado la creación de estereotipos que se construyen de generación en generación, que se repiten y que se convierten rápidamente en verdades.
El estereotipo es la opinión ya hecha que se impone cono un cliché a los integrantes de una comunidad. El estereotipo es subjetivo y dirige las expectativas de la comunidad determinando sus opiniones.[14]
Sobre las mujeres se ha hilvanado una enorme cantidad de estereotipos. El más profundo e importante es el que la define como enemigas de otras mujeres, siempre (¡!) La difusión de los estereotipos, a través de la palabra y de los significados, se realiza por medio del aprendizaje cultural. Los estereotipos, además, forman parte de las ideas preconcebidas y de las imágenes internas de quien puede -en una expresión que cree verdad absoluta- expresar frases estereotipadas en su tarea diaria de informar, dialogar u opinar. Con frases estereotipadas se construye el discurso, particularmente, en los medios de difusión. .

4.8 Algo más sobre lenguaje sexista

La lengua no es neutra: refleja la relación de los sexos en la sociedad. Es por este proceso de subordinación de lo femenino que lo masculino en la sociedad determina el uso de la lengua. Esta óptica se llama androcentrismo. Entonces, el lenguaje sexista está determinado por la estructura discriminatoria de las palabras que forman el discurso.
Desde esta perspectiva, puede afirmarse que el problema fundamental del sexismo en la lengua, el signo, el código y sus distintas expresiones es el ocultamiento de las mujeres en todo el proceso de comunicación. El lenguaje y la comunicación sexista se perpetúan en los refranes, las imágenes y las construcciones de películas, lecturas, juegos, juguetes, anuncios publicitarios, conversaciones diarias; se difunden a través del teatro, el cine, la televisión, la prensa y la radio.


4.9 ¿Qué hacer, cómo romper?

Es urgente reflexionar cómo evitar el sexismo en el lenguaje hablado y escrito, en la construcción del discurso informativo y de comuniación de mensajes teóricamente encaminados a promover la cultura de la igualdad. Se puede pensar en procesos muy sencillos:

Investigación
Realizar investigaciones profundas en los espacios de trabajo sobre cómo se relacionan las mujeres y los hombres, los objetos y sujetos del trabajo de comunicación.

Considerar
* Evitar el uso del genérico masculino para denominar a colectivos mixtos con el fin de hacer visibles a las mujeres. Esta práctica contribuye a dar una información más cuidada y evita que la presencia de las mujeres en los acontecimientos quede camuflada.

*Aportar una dimensión más completa de los diferentes papeles que cualquier persona desarrolla en la sociedad actual y utilizar criterios de valoración semejantes para los hombres y para las mujeres.

*Dar contexto a los asuntos. Ir al fondo de qué es la violación a los derechos humanos. Transitar de las declaraciones o textos de prominencia de fuentes a una visión más completa e incluyente de los derechos.

* Los adjetivos: la calificación siempre es un peligro, por lo que es necesario considerar a los adjetivos como algo que enriquece, no con sentido sensacionalista; evitar alusiones despectivas y groseras o demasiado elogiosas. Sacar del contexto palabras, imágenes y frases devalorativas, como la de víctima, vulnerable, etcétera. Sustituirlas por aquéllas como excluida, oprimida, atropellada en sus derechos, ofendida etc.
Finalmente con la idea de cambiar el sentido, se recomienda evitar la discriminación en el lenguaje y practicar otras formas; es necesario hacer conciencia del sexismo, aprender a detectarlo, hacerlo evidente e intentar resolverlo. Resulta fundamental erradicar expresiones y términos susceptibles de transmitir estereotipos sexuales y usar con cuidado palabras clave como amor, compromiso, pareja, profesión y ambición, porque no tienen el mismo significado para ambos sexos.
Se recomienda crear un femenino para cada masculino, y viceversa, en cualquier palabra que tenga una sola forma. Usemos colectivos, palabras genéricas como persona, individuo, ser humano dirección, secretaría, rectorado, ciudadanía, alumnado, personal administrativo, con el fin de neutralizar el efecto que produce el valor universal del masculino.

4.10 Cambios y nuevas pautas

En los últimos años, la violencia contra las mujeres está en los titulares y en el contenido de los medios de comunicación. Pensar cómo dar la vuelta a los clichés y evitar el amarillismo, forma parte de los lenguajes que podemos transformar.
A continuación, sólo unas cuantas reglas generales para evitar la canalización del problema de la violencia contra las mujeres y evitar reforzar su justificación o promover su normalización tanto en la vida como en el imaginario simbólico y social.

1.- La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos porque atenta contra su libertad y dignidad.
2.- La violencia contra una mujer no es un asunto privado ni individual: es un problema social.
3.- Los malos tratos psicológicos y emocionales también son violencia y tienen secuelas.
4.- Le violencia contra las mujeres es una violencia basada en la desigualdad de género.
5.- Respetar la intimidad de las mujeres violentadas y evitar la difusión de comentarios despectivos con relación a ellas o de palabras que justifiquen a los agresores.
6.- Transmitir la existencia de respaldo social a las víctimas, informando sobre los recursos públicos existentes: grupos de apoyo, políticas o instituciones.

No debemos olvidar que violencia de género es la que se ejerce contra las mueres en cualquier ámbito por el único hecho de ser mujeres. Es más amplio que los términos de “violencia doméstica” o “violencia familiar” que hacen referencia al sitio donde se ejercen los malos tratos contra ellas o la relación personal directa que se tiene con ellas. Violencia de género es un riesgo que viven todas las mujeres. Saberlo sacará del texto a los “enfermos”, los “loquitos”, “los que no sabían qué sucedía cuando actuaban”, y pondrá en crisis algunas de los discursos sexistas y misóginos sobre este grave problema.




















5. Estrategia

5.1 Conceptos básicos sobre estrategia

Desde tiempos antiguos, la palabra estrategia forma parte del vocabulario de la humanidad. Históricamente se le ha definido como el arte de dirigir las operaciones militares, es decir, todo tipo de acciones para la conducción de una guerra. No obstante, el ser humano no sólo ha aplicado este concepto para el combate, sino también para la toma de decisiones de asuntos importantes, significativos; en suma, para vivir.
En una definición más amplia, por estrategia se puede entender “al conjunto de decisiones preparadas de antemano para el logro de un objetivo, teniendo en cuenta todas las posibles reacciones del adversario y/o de la naturaleza” (Pérez, 1999). Desde esta perspectiva, hablar de estrategia implica la definición de un objetivo a cumplir y la posibilidad de elegir varias alternativas de actuación para conseguirlo.
No existe un tipo único de estrategia. Las propuestas son infinitas y han sido desarrolladas en diferentes momentos de nuestra historia, no sólo en la guerra sino también en el terreno del juego y de la vida cotidiana.
Se afirma que Mao Tsetung fue uno de los estrategas más importantes del siglo XX, y que la base de sus acciones fueron tres: la consulta del I Ching, el juego de Go y la lectura del libro El arte de la guerra, de Sun Tzu. Esta obra del siglo V antes de nuestra era fue escrita como un instrumento para mandos militares. Hoy, sin embargo, es considerada como uno de los mejores manuales de estrategia para cualquier fin, y es utilizada por empresarios, inversionistas, comunicadores y políticos.
La propuesta de Sun Tzu tiene el mérito de privilegiar el uso de la inteligencia sobre la fuerza para resolver un conflicto; el arte del engaño: ganar con el uso inteligente no destructivo. Todos los días libramos pequeñas batallas que nos enfrentan a la necesidad: actuar. ¿Tenemos algún plan organizado de manera escrupulosa como lo hizo Mao en 1936? Probablemente no, pero a nuestro modo -y de acuerdo con nuestra experiencia- hacemos lo que podemos: sabemos e intuimos para resolver nuestra vida cotidiana.
Mao resaltó la importancia de aplicar leyes o principios en una estrategia, subrayando cuatro aspectos fundamentales: la relación entre el adversario y nosotros; la relación entre las diversas campañas y entre las diversas etapas de operaciones (pasos tácticos); ciertas partes que son importantes (decisivas) para la situación en su conjunto, y las características específicas de la situación general.
Sun Tzu habla de cinco factores fundamentales que se deben tener en cuenta para establecer una estrategia: la doctrina, el clima, el terreno, el mando y la disciplina. Para nuestros fines, esos conceptos se pueden traducir de la siguiente manera:

La doctrina habla de la necesaria coherencia de la estrategia que emprendamos con los objetivos y misión institucionales, así como de la cohesión interna de nuestra organización para lograr el objetivo (ver Comunicación interna). “La política significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro.”
El clima nos lleva a reflexionar sobre las coyunturas y los entornos económicos, sociales, políticos y culturales. “El clima significa la noche y el día, el frío y el calor, días despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones.”
El terreno, sobre los temas o asuntos que abordaremos en nuestra estrategia. “En una invasión, por regla general, cuanto más se adentran los invasores en el territorio ajeno, más fuertes se hacen, hasta el punto de que el gobierno nativo no puede ya expulsarlos.”
El mando se refiere a la capacidad para saber cuándo actuar y cuándo no; a cómo actuar de acuerdo con las fuerzas del oponente; a tener capacidad de congregar a la gente en torno a nuestro objetivo, de mantenerla estimulada, y a tener creatividad para superar los obstáculos.
La disciplina, finalmente, nos advierte sobre la necesidad de planificar las acciones: quiénes se responsabilizarán de qué parte, cuáles serán las vías para lograr qué objetivos... Y de establecer previamente el presupuesto de los recursos que ocuparemos para ejecutar nuestra estrategia. “Ha de ser comprendida como la organización del ejército, las graduaciones y rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la provisión de material militar al ejército.”

En el siglo pasado fue desarrollada una propuesta distinta a la tradicional, discriminatoria. En los años veinte surgió Teoría de los Juegos la cual considera en el diseño de una estrategia la forma como una organización o una institución se relaciona con su entorno, es decir, con las demás personas. Uno de sus principios es “la cooperación”, no el combate, tomando en cuenta al diseñar una estrategia no sólo la estrategia de los demás, sino también “saber alcanzar un compromiso en el que las demandas de todos sean tenidas en cuenta” (Pérez, 1999).
Para esta teoría hay dos tipos de juegos:

· Suma cero: en estos juegos, la suma de los resultados positivos y negativos de los jugadores es igual a cero. Cuanto mejor le va a quién juega, peore va al otro.
· Suma distinta de cero: situaciones en que todos quienes juegan tienen la oportunidad de obtener buenos resultados negociando con las demás personas en el juego, de forma que nadie pierda y todos/as puedan sacar un beneficio aceptable. En estas estrategias se mezcla el conflicto con la mutua dependencia.

En esta concepción “cooperativa” el secreto es no aniquilar a la parte oponente, sino saber buscar el mejor resultado posible para cada quien. En comunicación, esto significaría desarrollar como estrategia una política de relaciones públicas enfrentando “situaciones en que las metas y estrategias de los otros deben armonizarse con las metas y estrategias de nuestra propia organización”. Saber negociar, en pocas palabras (Pérez, 1999). Es un modelo en que la concentración de fuerzas, el conocimiento del terreno, el efecto sorpresa (creatividad), la armonización de objetivos y medios y la unidad de doctrina son fundamentales.
Cualquiera que sea nuestra decisión, sea en el combate o en la cooperación, al trazar una estrategia vale la pena tomar en cuenta los siguientes principios: no perder la visión de conjunto (reconocimiento del terreno); tener sentido (dirección) y autoridad (papel de quien encabeza el proceso: estratega o general); marcar los objetivos generales y particulares de cada etapa y, sobre todo, actuar con sabiduría, equidad, humanidad, coraje, y con la severidad de un general.

5.2. Estrategias de comunicación

Considerar el poder de la comunicación algo que debemos saber administrar y gestionar, y aprender a usarlo como una herramienta en todos los procesos de la vida humana es la base para la comunicación estratégica, afirma Rafael Pérez (1999), publicista español especialista en marketing político, quien ha elaborado un decálogo para el diseño de un estrategia de comunicación definiendo la importancia de la estrategia como una forma de prevención de los hechos, de tal manera que, como bien se dice, no tapemos el pozo después de que se ahogó el niño.
El decálogo está integrado por diez reglas ® y diez conclusiones ©:

1. ® Ser conscientes del poder de la comunicación.
© Hay que administrar el poder de la comunicación al servicio de una gestión más eficaz.
2. ® Nunca podremos adivinar el futuro, pero si prevenirlo.
© Quien no forja el futuro está condenado a sufrirlo.
3. ® Siga el camino que marca la estrategia.
© La estrategia acota territorios, concentra esfuerzos, maximiza las oportunidades de comunicación y aminora el riesgo de cometer errores.
4. ® La imagen es un factor de competitividad; la imagen puede ser gestionada.
© Puesto que actuamos en función de como creemos que son las cosas, la imagen que tenemos de ellas es “nuestra realidad”.
5. ® Fíese del método, desconfíe de la magia.
© Mejor un buen método (la definición de la estrategia) que mal acompañado. El método no está reñido con la creatividad.
6. ® Actuar dentro de la estrategia.
© Sólo razones tácticas muy poderosas pueden aconsejar salirse de la estrategia.
7. ® Antes de actuar, tener las ideas claras.
© A nadie lo han echado por estar callado. Cuando las ideas no están claras, tampoco lo están las palabras y viceversa.
8. ® Si hay un plan, ejecutarlo bien.
© Que su ejecución sea tan brillante como sus ideas.
9. ® Si no hay un plan y nos sorprende una crisis, aplicar las recetas básicas: dar la cara; atenerse a los hechos; exponer la posición (personal, institucional o de empresa); informar limpiamente, pero con inteligencia; cuidar las palabras; explicar las actuaciones; poner toda la capacidad y el esfuerzo para la resolución y el esclarecimiento del problema; preocuparse por los que padecen o tienen la crisis; ponerse a disposición de la sociedad y de los medios de comunicación, y comprometerse a comparecer cuando todo haya terminado.
© La crisis fortalece a los que la superan (ser flexible para superarla).
10. ® No deje que la próxima vez le pille desprevenido de nuevo.
© Conclusión final:
· Actuemos con estrategia.
· La estrategia enmarca el comportamiento colectivo, evitando errores.
· La estrategia nos permite canalizar el poder de la comunicación, liderar ideas y personas, coordinar equipos y concentrar esfuerzos.
· La comunicación estratégica necesita -para una mayor competitividad y eficiencia- de la gestión pública.
· La comunicación estratégica es nuestra reacción presente al futuro. Y un futuro mejor es importante porque en él pasaremos el resto de nuestros días.

Para Rafael Pérez, es importante trabajar con estrategia cuando se está en momentos de alta competitividad: “de manera artesanal se puede usar una estrategia o no y tener éxito, pero en escenarios competitivos es más difícil; hay que arriesgar y probar si funciona, si fracasa (la estrategia) se puede ajustar y aplicar otra”. Más vale paso que dure que trote que canse: “es mejor usar una estrategia modesta que una brillante que no llega a nada”.
También considera que el uso que hagamos de la comunicación dependerá, sin duda, de nuestro propio concepto de ella y para qué creemos que puede servir.
¿Qué utilidad tienen las estrategias de comunicación?, se pregunta este autor, y responde: “Una de sus funciones es que nos obliga a una reflexión y a un análisis periódico de la situación”. ¿Reflexionar sobre qué? “Sobre la relación de una idea, propuesta, proyecto y organización con sus públicos, ubicar al más relevante, aquel del que va a depender mi éxito o mi fracaso”.
Este análisis estará directamente relacionado con la política de la institución, de sus objetivos y metas; al tratar de prevenir riesgos y consecuencias de nuestro actuar se tomará en cuenta, propone Pérez, fuerzas y debilidades de la organización, tendencias del entorno político, económico y social, y el movimiento de las otras fuerzas que intervienen en la situación (terreno del juego) en qué nos movemos. Posteriormente, y como consecuencia de la política de la institución o la organización, se establecerán los territorios de aplicación comunicativa.

5.2. La estrategia de nuestra institución

Los medios no son el eje de los cambios culturales y sociales que buscamos. Son vehículos de información, conocimiento y entretenimiento. Sus contenidos están anclados en realidades sociales y culturales profundas, donde la discriminación contra las mujeres, algunos grupos sociales y posturas políticas son un eje central. Los medios no actúan al margen de la estructura educativa o de las visiones tradicionales sobre lo que somos las mujeres y los hombres, por ejemplo, o fuera de los condicionamientos económicos, políticos y sociales de nuestro entorno.
Los medios son instrumentos también, claro, de propaganda; son herramientas para educar, para transmitir nuevos conocimientos e incluso para movilizar conciencias. Depende de quién los maneje, cuáles sean sus intereses y cuál su desarrollo. ¿Cómo, entonces, intervenirlos, si tal es su complejidad? Lo primero es tener claro para qué los queremos. ¿Para informar? ¿Para educar? ¿Para hacer propaganda? ¿Como presión política? Veamos:

Si queremos educar
Eso requiere de una estrategia precisa en la que especialistas han encontrado algunas claves fundamentales. Si queremos educar, tenemos que hacer pactos con el gobierno, dueño de los satélites educativos, y aprender las claves de la narración. Tener un objetivo y una propuesta precisos, hacer presión política y poner en claro el contenido, sus alcances y sus obstáculos. Educar es muy importante para desarrollar muchas de las tareas tanto de las organizaciones como de nuestros proyectos de cambio.

Si queremos informar
Entonces se abre un abanico impresionante. ¿A quién queremos informar? ¿Qué tenemos para informar? ¿Qué podemos informar? ¿Cuál es la audiencia a la que queremos llegar? ¿Con qué mensajes? ¿Cuáles son los instrumentos de información? Algunos son muy claros, los hacemos cotidianamente.

Si queremos propagandizar
Si queremos hacer propaganda de nuestras propuestas o ideas, ¿cuáles son los instrumentos para hacerlo? El método es la publicidad, los medios pueden ser todos. Del cartel al spot de radio o televisión, al banner de la Internet. ¿Queremos llegar a grandes audiencias con propósitos gigantes o nos dirigimos a una población determinada?

Si queremos hacer presión política
Un tercer o cuarto piso es para hacer presión política. Esto significa reducir enormemente la audiencia. Queremos llegar s quienes toman las decisiones. Necesitamos saber claramente que eso es exactamente queremos. Entonces tenemos que acudir a lo que genéricamente se conoce como prensa: convertirnos en noticia, en todos los medios, por todos los medios.
Para lograr integrar la estrategia de comunicación de nuestra institución necesitamos definir los objetivos de la institución hacia fuera. Para ello debemos preguntarnos:

· Qué queremos lograr.
· Qué queremos informar.
· Qué podemos informar.
· Qué sabemos acerca de lo que queremos informar.

Es muy importante que se despejen estas interrogantes a la hora de realizar una estrategia hacia los medios. Aclarar cuándo, cómo y por qué deseamos informar y qué deseamos informar. Todos son aspectos fundamentales. Para ello necesitamos tener información sobre nuestra institu­ción, causa o campaña.
Una vez resuelto el primer punto, debemos imaginar y desarrollar las acciones necesarias pa­ra logra el objetivo. Por ejemplo:

Como integrantes del gobierno y de la sociedad civil, y como ciudadanos independientes de partidos políticos y de grupos religiosos, asumimos el compromiso de promover y vigilar el cumplimiento de los de­rechos humanos y universales de las niñas y las mujeres; nos hemos propuesto como

Objetivo:
Contribuir a la construcción de un movimiento en favor de las mujeres (los derechos humanos, el medio ambiente) mediante la promoción y vigilancia del cumplimiento de los convenios internacionales, los compromisos gubernamentales, la acción de la sociedad civil y la propuesta social que enarbolamos.
Creemos necesario que nuestras dificultades, propuestas, como trabajo comunitario y político, se transparenten en los medios de comunicación en forma suficiente, sustentada, equitativa y profunda, con la misma intensidad que se hace con la información política y social en general.
Para el cumplimiento de este objetivo nos planteamos las siguientes

Estrategias:
- Crear una corriente de opinión en favor de nuestras propuestas, dificultades e inquietu­des. Creemos urgente el desarrollo de una cultura no sexista en favor de la equidad entre las mujeres y los hombres y contra toda clase de discriminación por sexo, raza, religión u opción sexual.
- Contribuir en el diseño de políticas públicas y reformas legislativas acordes con nuestras demandas y convenios internacionales.
- Crear y aplicar mecanismos de seguimiento a los programas públicos y privados en rela­ción con el cumplimiento de esos convenios y los compromisos del gobierno mexicano.
- Incidir en la transformación de la vida cotidiana de las niñas y las mujeres. Fortalecer los grupos y personas que trabajan con ellas.
- Fortalecer la organización interna del movimiento feminista.
- Favorecer la coordinación local, regional y nacional de los grupos interesados en la promoción y defensa de los derechos de las mujeres y las niñas.
- Fortalecer las políticas públicas en ese camino y las instituciones creadas para ello, como los Institutos de las Mujer; profundizar sobre los avances y los pendientes.

Contribuir en la conformación de la toma de conciencia y de un movimiento en favor de las mujeres, desde una perspectiva de género y con base en las estrategias que hemos planteado, implica que nuestro punto de vista con respec­to al conflicto entre los géneros y la discriminación de las mujeres llegue a diversos sectores de la población, a quienes toman decisiones, a los maestros y a todas aquellas personas que podrían contribuir a que desaparezca de nuestra vida esta situación.
Pretendemos evitar el sufrimiento de millones de mujeres en el mundo y promover el fortalecimiento interno de cada mujer.
Es igualmente vital que la información que genera nuestra perspectiva y convicción llegue a personas sen­sibles, a formadoras de opinión con capacidad de influencia en la toma de decisiones en políticas públicas, y que pueda impactar favorablemente a nuestras propuestas. Es también fundamen­tal que el movimiento se extienda a todo lo largo y ancho del país.

Estos objetivos hacen necesaria la comunicación ha­cia afuera; fortalecer la comunicación interna tanto en nuestras instituciones, grupos, redes y demás organiza­ciones comoen el ámbito intergrupal, y establecer la infraestructura necesaria en cada uno de nuestros espacios para realizar esta tarea, es decir, contar con los mecanismos y con personal capacitado pa­ra enfrentar la tarea de difusión y comunicación a través de los medios.


6. La operación

6.1. Equipo humano e infraestructura

Si una dependencia pública, un instituto de las mujeres, una organización de la sociedad civil trabaja decididamente para acercarse a los medios; si les envía continuamente información y establece contactos con periodistas, entonces recibirá buena y constante cobertura de prensa.
Invertir en tiempo es esencial. La responsabilidad de tratar con los medios debe formar parte de la estrategia general de comunicación y de la política pública. Lo ideal es que existan varias voceras por especialidad, responsabilidad o tra­bajo en concreto. Estas personas deberán estar apoyadas permanentemente por un equipo de personas responsables de lo que pode­mos llamar oficina de relaciones públicas y prensa.
Quienes integren ese equipo deberán organizar la oficina y los materiales para difundir, programar las citas con periodistas, preparar las conferencias de prensa y la forma como debe atenderse un congreso o actividad. Deberán también investigar, analizar y redactar in­formes intemporales que permitan un acervo constante de información hacia los medios.
La cantidad de tiempo que se invierta para trabajar hacia los medios dará los resultados que espera la organización. Se puede imaginar una central nacional de información con reflejo en cada entidad de modo que también se pueda elaborar material informativo que refleje las distin­tas actividades de las instituciones o dependencias, los grupos o las comunidades.
La planificación de medios tiene que empezar al iniciarse el proyecto anual de actividades, no al final. De este modo puede definirse desde el principio qué queremos informar y cuál es el objetivo preciso de la etapa de comunicación hacia afuera. Preguntarnos: ¿Qué queremos lograr este año? Y programar el dinero del que se podrá disponer.
Para establecer una coordinación que sea capaz de poner en práctica las actividades de pren­sa y relaciones públicas en cada institución o programa debemos tomar en cuenta que necesitamos:
-
- Una persona que conozca la importancia de los medios y se pueda mover en el ambiente de los periodistas.
- Una persona que conozca el lenguaje de los medios y sea capaz de redactar, resumir, entrevistar, identificar en qué momento hay que dar una opi­nión, dónde y cómo se publica la información, y que actúe. Desde luego, es imprescindible que conozca a fondo el trabajo y la filosofía de nuestra institución.

Pero estas personas, quienes sean, no podrán trabajar solas. Necesitarán de los siguientes apoyos:

Operativo y secretarial, para:

- Identificar todos los medios de la localidad y a los periodistas que sean sensibles a los temas que im­portan a la organización.
- Elaborar un directorio de medios actualizado, fácil de entender y localizar.
- Hacer llamadas telefónicas y actualizar directorios al menos cada dos meses.
- Hacer cartas e invitaciones y enviar información dentro y fuera de la localidad, lo que ayudará a llegar a lugares donde no hemos pensado; sobre todo si se trata de asun­tos que puedan significar avances o problemas con reflejo nacional.
- Elaborar un directorio básico de contactos personales de las personas que ejerzan la vocería o la dirigencia de nuestra institución, así como de especialistas en los temas que nos interesan.
- Elaborar un directorio de columnistas, escritoras y escritores.

De relaciones públicas, para:

- Hacer contacto con los periodistas interesados (generalmente se trata de quienes atienden muy diversas fuentes de información). En México existe una gran rotación de periodistas, por lo que debemos ajustarnos a esta situación sin desesperarnos. Debemos dar segui­miento a periodistas que se interesan en nuestros asuntos, de preferencia con calidad mo­ral y prestigio.
- Hacer visitas a los medios, convocar a desayunos, hacer llamadas telefónicas personales con al­gunos directores de medios, noticiarios y periódicos.

De prensa, para:

- Elaborar un programa de confección de boletines según el plan general de actividades de la institución.
- Identificar los temas prioritarios y hacer archivo hemerográfico.
- Resumir y redactar materiales diversos.
- Dar seguimiento a las informaciones a través del análisis de los diarios.
- Atender a las y los periodistas.
- Programar y organizar conferencias de prensa.
- Programar y organizar la cobertura de reuniones, seminarios, congresos, etcétera.
- Concebir y confeccionar carpetas informativas.

De diseño, para:

- Identificar papelería especial para prensa.
- Darle presencia a carpetas y otros materiales.

Lo ideal es, por supuesto, contar con gente especializada y dedicada de tiempo completo a esas tareas. Aunque eso por lo general no es posible, la lista anterior puede dar una idea de los puntos que deben observar quienes vayan a ocuparse de trabajar hacia los medios.
En cuanto a infraestructura, usualmente lo mínimo es lo siguiente:

- Computadora e impresora.
- Teléfono.
- Fax.
- Fotocopiadora.
- Acceso a Internet.
- Papelería: carpetas, papel, engrapadora, clips, lápices, plumas, etcétera.
- Suscripciones a periódicos.
- Radiograbadora y casetes.
- Y mucha imaginación.

El primer paso es determinar dónde encaja la cobertura de los medios en las priorida­des globales de la institución. Después, el equipo de prensa deberá informar al resto de la organización, especialmente a las o los voceros, cómo tratan los medios los temas sociales y cómo es el funciona­miento diario de las organizaciones periodísticas. Hay que pensar en responder las preguntas más difíciles como: ¿qué queremos que digan los titulares de los diarios? ¿A quién tratamos de llegar, con qué mensaje y con qué fin?
Una vez que tenemos las respuestas, entonces podremos empezar a planificar con más detalle.

6.2 Boletines de prensa

¿Qué es un boletín de prensa? Los boletines, comunicados o notas de prensa tienen como objetivo proporcionar información institucional. Son elaborados para anunciar una actividad; para dar pormenores de cómo se realizó; para dar una opinión; para promover una iniciativa, etcétera.
Se realizan con las siguientes recomendaciones:

- Deben seguir las reglas de la noticia: responder a las preguntas básicas de qué, quién, cuándo, cómo, dónde y por qué o para qué. Su estructura es la de la pirámide invertida.
- Se confeccionan con un texto sencillo, directo, con frases cortas y contexto.
- Es importante que lleven un título que atraiga la atención y dos o tres titulares secundarios con los puntos más sobresalientes.
- No deben superar las dos cuartillas.
- No usar siglas sin haberlas explicado.
- Asegurarse de poner correctamente los nombres de las personas que se pretenda que lo reciban.
- Deben ir dirigidos a las jefaturas de información y se deben enviar además a los reporteros que cubren la fuente.
- Preferentemente deben ser entregados por la mañana y uno o dos días antes de la fecha en que queramos que se publique.
- Recuerde siempre de poner al final el nombre de una persona de contacto y un teléfono para dar la posibilidad de ampliar información.
- Use siempre papel mebretado de la organización.
- Ponga siempre la fecha en el margen superior derecho.

Los boletines de prensa son indispensables cuando realizamos una conferencia, en una presentación, un congreso o cualquier otra actividad. En ellos se enmarca el centro de la información que se pretende difundir. Son la guía de los reporteros. El siguiente es un ejemplo:



OJO: INCLUIR AQUÍ EJEMPLO 1 QUE SE ENVIA EN ARCHIVO ANEXO

6.3 Hojas informativas

Las hojas informativas son material de apoyo para la o el periodista, presentadas por lo general en una sola cuartilla. Identificamos principalmente dos tipos de hojas informativas: a) textos in­temporales con la información básica de nuestra institución, dependencia u organización, y b) datos que sirvan para aportar contexto sobre los asuntos que damos a conocer en conferencias de prensa u otras actividades.
Estas hojas sirven para que las y los periodistas puedan tener elementos para ampliar sus noticias, confeccio­nar reportajes especiales o simplemente profundizar sobre el tema. Se pueden elaborar cientos de ellas si sólo nos asomamos al acervo del centro de documentación o al archivo de correo electrónico. Tener suficientes para dar a los periodistas es asegurar de que siempre que se acerquen obtendrán información.
Estas hojas también pueden contener comentarios o información internacional relacionada con nuestros asuntos, etcétera.
Veamos dos ejemplos de hojas informativas:

a) Hoja informativa sobre la institución
OJO, INCLUIR AQUÍ EJEMPLO 2 QUE SE ENVIA EN ARCHIVO ANEXO



b) Hoja informativa de contexto a un asunto

CAMBIOS EN LAS MAQUILADORAS
MEXICANAS DE EXPORTACIÓN

En el marco de la reestructuración de la industria maquiladora a nivel internacional; para el año 2001 la Industria Maquiladora de Exportación Mexicana perdió el 17% de su personal, es decir 219,188 trabajadoras/ es, lo que equivale al despido diario de 609 personas, sin embargo la pérdida de plantas laborales en la maquila es mayor; lo que resulta es el despido de 280,790 trabajadores en el primer año y medio del foxismo, estos despidos y cierres ocurrieron entre el declive de la producción de esta industria exportadora de octubre del 2000, hasta marzo de 2002, según la información del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).
La cantidad de despedidos solo incluye a los trabajadores que laboran en las empresas maquiladoras y no se tiene un registro aproximado de los despidos en las empresas subsidiarias de esas maquilas, ni de las maquilas informales, que también abundan en la nación. Por lo que los despidos en la maquila podrían superar los 310 000, como afirma el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación.
En los estados fronterizos, donde se concentraba el mayor número de las 3 mil 750 empresas maquiladoras, los despidos en el mismo período de referencia, aumentaron a 184 mil 665, en su gran mayoría mujeres, muchas de las cuales son jefas de familia y principal sostén de sus hogares. Este reajuste de personal equivale al 65.76% del total de trabajadoras/ es despedidos de la industria maquiladora.
El analista Bossio Rotondo señala que el 20.6% del empleo en la Industria Maquiladora de Exportación (IME) de México, Centroamérica y el Caribe, se perdió por la recesión, lo que en términos absolutos significa 386 mil despidos y la cancelación de al menos 768 empresas maquiladoras. Del total de despidos el 72.74% corresponden a la maquila mexicana, es decir 280 mil 790 empleos perdidos del total de quiebras del sector ascendió a 768 empresas, el l 88.67% es decir 681 empresas corresponden a la industria maquiladora de México.

La industria maquiladora en México,
Centroamérica y el Caribe (2003)
País
Quiebra de plantas
%
México
681
88.87
Costa Rica
7
0.91
Honduras
34
4.45
Panamá
6
50.00
Guatemala
40
5.42
Total
768
100

La desaceleración de la economía norteamericana, que empezó en el otoño del 2000, se manifiesta con altos impactos en la industria del vestido mexicana, hacia los meses de marzo- abril de 2001, esto trajo un cambio muy drástico en los escenarios productivos. La industria empezó a contraerse, las empresas adelgazaron sus plantillas, contrajeron turnos, desaparecieron los bonos de productividad, etc. todo esto con una facilidad extraordinaria; el desempleo y una secuela de problemas sociales aparecieron en el escenario de la maquila.

Material elaborado por Gloria Tello Sánchez, asesora de Sedepac. Es fragmento del trabajo Maquila y trabajo de las mujeres, publicado por Cuadernos Feministas, 2003. Correo electrónico: glotello@yahoo.com



6.4. Invitaciones

Las invitaciones a la prensa nunca deben contener la información que se va a originar en el foro, congreso o conferencia de prensa a que estamos invitando. Se confeccionan también en una hoja membretada, dicen los datos concretos de dónde, cuándo y qué información podrán tener los medios en esa actividad, y llevan también un titular que sirva de “gancho”. Hay que incluir fecha, lugar, hora, nombre y teléfonos de alguna persona de contacto. Por ejemplo:

OJO, INCLUIR AQUÍ EJEMPLO 3 QUE SE INCLUYE EN ARCHIVO ANEXO


6.5. Carpetas para conferencias de prensa

Se elaboran específicamente para entregar en una conferencia de prensa. Debe contener: el boletín general sobre el tema, la hoja intemporal de la organización convocante, una lista de nombres y datos generales de quienes darán la conferencia, y una hoja informativa de contexto sobre el tema.
La idea es que el periodista tenga la información completa, con los datos estadísticos precisos, las declaraciones entrecomilladas puntuales y la orientación de la información que deseamos difundir.

6.6 Carpetas para periodistas sobre un tema

Tienen como objetivo central informar detallada, amplia y profusamente sobre un tema de nuestro interés. Son como pequeños libros llenos de datos, referencias, historia y con­texto, capaces de convertirse en un gran reportaje o en una referencia en la nota cotidiana del repor­tero, etcétera.
Las carpetas de este tipo son en realidad una pequeña investigación escrita de manera direc­ta, puntual y con mucha información que incluso sirve para la presentación de una propuesta sin que aburra a nadie. Se debe planificar, diseñar, discutir el color del papel, etcétera. Su contenido puede dar lugar a mantener un tema en los diarios y noticiarios por largo tiempo. Depende de cómo se distribuyan y a quiénes.

6.7. Caja permanente de información

Es un instrumento de gran utilidad. Se trata de elaborar un fichero con datos esenciales sobre el o los temas que maneja nuestra institución. Es co­mo un prontuario, de modo que sirva a quienes temporal o permanentemente tienen que atender a los periodistas. Lo más práctico es elaborar fichas de media cuartilla que sean de acceso fácil. Para ello se pueden ubicar en una caja de madera.
Debe contener los datos estadísticos y conceptuales básicos actualizados, de modo que resuelva las interrogantes más comunes de la prensa. Por ejemplo: ¿Cuál es la población femenina mexicana y/o de una entidad concreta? ¿Cuál es su situación? ¿Cuántas estudian, qué estu­dian, cuántas trabajan, de qué se enferman, cuántas son diputadas, cuántas mueren por aborto, cuáles son las consecuencias más comunes del aborto clandestino, cuáles son las últimas pro­puestas nacionales o internacionales, cuántas son campesinas, cuántas no va a la escuela, cuán­tas y de qué se mueren, cuántas son pobres, cuántas son ricas...?, y un largo etcétera.
Normalmente no podemos contestar esas preguntas con con seguridad porque no tenemos el dato en la cabeza. El prontuario puede tener hasta mil tarjetas informativas por temas y de acceso inmediato. Deberán ser actualizadas permanentemente.

6.8. Elementos generales para la redacción de materiales

Como no es nuestro objetivo profundizar en las dificultades que todos tenemos para redactar in­formaciones, aquí daremos sólo algunas recomendaciones generales.
Todo en periodismo es información. Cualquier material para ser publicado, tomado en cuen­ta para hacer una nota periodística o ser contexto para un reportaje debe contener y responder a:

- Información precisa, clara, directa, sin lenguaje técnico ni pretensiones literarias.
- Incluir en la información datos, estadísticas comprobadas, ejemplos y datos compara­tivos para hacer relevante alguna información.
- Evitar las comillas en el cuerpo de la información, salvo que se trate de una declaración precisa.
- Utilizar elementos gancho dentro de la información. Es decir, ceder en parte a la for­ma en que se hace periodismo, pero al mismo tiempo asegurar que no se caiga en el amarillismo. Sí decir lo que es fuerte, sin ambages.
- Repasar cuidadosamente todo lo que se va a decir, de modo que no sea contradictorio. Revisar una y otra vez el texto es un buen consejo.
- Explicar. Nada es tan importante en la información como pensar en que la gente, em­pezando por la o el periodista que va a leer la información, no sabe a qué nos dedicamos, qué pensamos, qué deseamos y en qué trabajamos. Algunas veces repetiremos en un material lo que ya hemos dicho en otro. No importa. Es básico que quien lea y trans­mita la información no tenga dudas.
- Elaborar siempre textos cortos: boletines de una o dos cuartillas, según sea necesario; hojas informativas de una cuartilla y carpetas de 12 a 15 cuartillas.
- Cuidar el contenido. Hacer análisis previos para contestarnos algunas preguntas: ¿qué queremos que se publique?, ¿a quién tratamos de interesar?, ¿con qué mensaje quere­mos llegar?, ¿qué es lo que deseamos apoyar y qué cuestionar?

A la hora de elaborar el material debemos estar conscientes de que el éxito de nuestra promoción no es porque sí. No es espontáneo. Tenemos que evitar notas negativas para nuestro objetivo, titulares amarillistas y posibles malas interpretaciones. Analizar el contenido es básico y proporcionar información es fundamental. Sin información precisa, clara, con sentido de verdad, no podemos interesar a los medios.
El logro más importante de cualquier estrategia de medios será incluir frases de prensa en mensajes claros y sencillos.

6.9 La entrevista

El principio básico de la entrevista es no perder el control, no importa cuáles sean los medios (radio, televisión o prensa escrita) o quién sea el entrevistador. Todo aquel que se enfrenta a una entrevista tiene nervios, y la manera de superarlos es preparar perfectamente ese encuentro.
Una vez que hayan establecido la cobertura ideal que les gustaría recibir y hayan creado una serie de frases de prensa, redacte un artículo con sus palabras, temas y símbolos. Escribir las palabras, frases y temas ayudará a mejorar tremendamente la calidad del mensaje.Comience exponiendo sus puntos clave; nunca pierda su objetivo y no le tema al silencio, el entrevistador es el responsable de ese tiempo.
Trabajar con los medios es una labor de equipo. Las y los periodistas no entrevis­tan a su vocera o vocero porque creen que tiene algo que decir como persona. Esperan la respuesta de quien representa a la institución. También existen personajes estrella en la vocería. Si eso nos es útil, podemos pedirle que tome el tema que nos interesa difundir. Salvo en casos de proyección personal, para la misión o la cau­sa lo importante es difundir, presionar, hacernos visibles.
Las entrevistas oficiales: Deben realizarlas quienes oficialmente se ocupen de la vocería institucional. Los pe­riodistas dan por hecho que todo cuanto se diga podrá usarse en citas o en futuras re­ferencias, a no ser que la persona entrevistada deje claro que parte de o toda la entrevista es oficiosa, es decir, que sólo sirve para que el reportero conozca más a fondo “el problema”, pero que no puede usarse de manera directa.
Las entrevistas de fondo: Son simplemente discusiones con el reportero para las cuales se ha acordado previamente que todo lo que se hable podrá usarse como información de fondo, pero no en citas directas, y sin usar su nombre. Los miembros del equipo de pren­sa deben empezar la charla con los reporteros, haciéndoles saber que la conversación se­rá de fondo y que todas las citas directas podrán conseguirlas con la vocera oficial.
Las entrevistas oficiosas o extraoficiales: Aquí se discute información que no puede usarse en citas ni puede atribuirse, y generalmente tampoco puede incluirse en artícu­los. Estos contactos son útiles cuando se quiera compartir información con el reportero, pero dejando claro que no se desea que la información se atribuya al grupo. Si el me­dio va a usar la información, los editores pueden requerir dos o tres fuentes más para confirmar la historia, especialmente si la información es delicada. De nuevo, hay que establecer las reglas de la entrevista antes para empezar, no al final, o la institución se arriesga a no poder desmentir una cita negativa o inapropiada.

En el periodismo latinoamericano estas reglas varían de país en país; por lo tanto, antes de hacer una estrategia de prensa también es conveniente hacer una investigación del estado y las circunstancias de los medios locales, estatales o nacionales para actuar en consecuencia. La discriminación tie­ne que ser por identificación, no por ideología. Los diarios, los noticiarios y las revistas son accesibles a cualquier persona. Si pensamos en ello, seguramente nuestro modo de discriminación variará.

6.10. Conferencia de prensa

Una conferencia de prensa debe hacerse cuando tenemos suficientes motivos: los resultados de una investigación, una encuesta, una actividad especial, etcétera. Deben planificarse con to­do cuidado y con anticipación. Pueden hacerse conferencias de prensa para dar una declaración de emergencia; no obstante, necesitamos al menos 24 horas para prepararla.
Es recomendable no abusar en el número de conferencias de prensa en un año; debe haber espacio entre una y otra.
Las técnicas de invitación, la conformación de la carpeta y la atención a los periodistas son válidas para cuando invitamos a la prensa a alguna actividad -aunque no sea precisamente una rueda de prensa- en la que nos interesa difundir alguna información.

Para invitar es necesario:

a) Llamar por teléfono a todos los medios. En todos ellos existe una persona, oficina o clave te­lefónica para tomar avisos. Dar el aviso verbal con toda la información de dónde, cuándo, a qué hora y por qué. Es un error invitar sólo a las personas “buena onda”; es posible que pre­cisamente cuando nos interesan tiengan otro compromiso y perdamos la posibilidad de hacer una invitación institucional, simple, impersonal.
En todos los diarios y noticiarios existe la costumbre de confeccionar día con día una bitácora de actividades de posible interés para el medio de comunicación: a la rotación de reporteros y re­porteras se suma la de jefas o jefes; si sólo buscamos a quienes conocemos o hemos de­cidido que les tenemos confianza perdemos la oportunidad de que nuestra actividad sea atendida.
Una estrategia a más largo plazo sí se hace estableciendo contactos, pero para difundir una acti­vidad es necesario hacer invitaciones institucionales, sin saber quién llegará.

b) Confeccionar una invitación que será enviada a todos los medios por fax. Investigar en los me­dios dónde recibe el jefe de información los avisos. Este jefe es quien planea la información del medio para el día siguiente; es quien decide, en primera instancia, si una actividad de­be ser atendida o no por el medio.

c) Enviar con mensajero invitaciones a los periodistas de nuestro directorio, quienes cu­bren normalmente nuestros temas, de modo que la o el reportero se sientan considerados por nuestra organización. Esto debe hacerse 24 horas antes de la conferencia.

Los tres pasos son necesarios para asegurar la cobertura de la prensa. No siempre es seguro, aunque asistan todos, que se va a publicar nuestro mensaje en todas partes. Recuerden la competencia de notas en la selección de la redacción.
La recomendación es invitar a todos los medios, porque cada uno atiende auditorios distintos y llega a lugares a veces insospechados. Ningún medio, para efectos de nuestra actividad, es más importante que otro.

Antes de la conferencia de prensa:

- Programar quiénes participarán y qué dirán. No deben dar información más de tres personas. Una conferencia de prensa no es una presentación teórica, ni en ese momento se va a conseguir que los reporteros se sumen a nuestra lucha; se trata de dar información directa, corta, precisa y completa. Si se tra­ta de difundir algo tan ampliamente como sea posible, no es necesario hacer nada más.
Una de las cuestiones más graves en las conferencias de prensa, declaraciones de pasillo en un congreso o actividad, es que las voceras digan que no saben, realmente no sepan o sen­cillamente no puedan ampliar la información. Esto provoca mala información, desvío y criti­ca innecesaria. Hay que prepararse para dar una conferencia de prensa con la información suficiente y sustentada.

- La cita debe ser a media mañana. La experiencia indica que es el mejor momento para asegurar la llegada de las y los reporteros. Entre las 10 y las 13 horas, no antes ni después. Después de las cuatro de la tarde es absurdo citar a la prensa: es la hora de la redacción. Es importante tener solidaridad con las y los reporteros; son trabajadores como cualquiera, no magos. De ellos no depende que se publique la información: depende de qué elementos de noticia les demos.

- Debe escogerse un lugar céntrico, equidistante para la mayoría de los medios de la ciudad de que se trate. Ningún reportero se traslada largas distancias; la mayoría debe atender varios asuntos durante un sólo día. Recordar que en muchos medios se les pide cuota de notas. Su tiempo es oro.

- Preparar las carpetas que se entregarán a las y los periodistas. (Ver capítulo anterior.)


Durante la conferencia de prensa:

- Deberá entregarse a cada uno la carpeta preparada para esa fecha; ofrecer datos adicionales si los requiere el o la reportera que llegue tarde; ver que estén en un buen sitio y que escuchen a quienes están dando la información.

- Debemos anotar en una hoja de registro los nombres de las y los periodistas que asistan, sus teléfonos, correo electrónico, sus intereses y las fuentes que cubre, así como preguntarles si podríamos platicar más con ellos. Esto sirve para mejorar, actualizar y ampliar nuestros directorios.

- En el lugar que se decida deberá ofrecerse café, refrescos y galletas. Es un asunto de cortesía, simplemente.

- Durante la conferencia, los o las voceras deberán estar conscientes de que las y los periodistas preguntarán sobre lo más espectacular o polémico; hasta ahora ésa es la forma como se hace periodismo. Por tanto, las y los voceros deberán ser muy corteses, seguros y conocedores del tema. No cualquier per­sona puede dar una conferencia de prensa. Las y los voceros no deben caer en provocaciones; deben centrarse en el tema o asunto que les inquieta, sin desviarse.

Estas reglas pueden aplicarse a muchas de las promociones de las organizaciones de la sociedad civil; son muy importantes para las campañas de prensa y pueden ser un semillero para mantenernos en los medios sin perdernos.

UN CONSEJO CENTRAL

En comunicación y género, las o los voceros, las personas que dan conferencias de prensa, las que elaboran el material inmediato o intemporal, deberán tener un lenguaje incluyente, no discriminador; conocer la perspectiva de género; evitar tonos incriminatorios; tener compromiso con el cambio de vida entre las mujeres y los hombres.
Las fallas en el lenguaje cambian el mensaje. En lugar de aportar a la transformación entre los hombres y las mujeres, estaremos reafirmando los papeles tradicionales, los lugares para la discriminación y la exclusión de las mujeres.
Si no estamos convencidas o convencidos de la misión, será mejor no hablar con los medios, porque estaremos obstaculizando el cambio.











Anexos

Glosario*

Acciones afirmativas
Son un conjunto de medidas compensatorias destinadas a corregir las diferencias de trato social entre hombres y mujeres. La ONU sostiene que son medidas especiales, de caráter temporal, encaminadas a acelerar la igualdad de hecho entre los hombres y las mujeres. Nunca podrán considerarse como un acto discriminatorio hacia los hombres Ejemplo: Las cuotas en el Cofipe (nunca más de 70 por ciento de un solo sexo en las listas electorales; mínimo 30 por ciento mujeres), etcétera.

Androcentrismo
Análisis y comprensión de la realidad desde la óptica exclusiva del varón, que actúa como eje, referencia y medida de todas las cosas. El varón es considerado como centro de la realidad y sus experiencia como la experiencia universal de la especie humana.

Anticoncepción
Uso de métodos que previenen los embarazos no deseados. Los más comunes en México son: píldoras, preservativo, dispositivo intrauterino, etc.

Beijing
Alude a la ciudad china de Pekín, donde se celebró en 1995 la I Conferencia Mundial de la mujer y donde los gobiernos establecieron nuevos compromisos para el “avance de las mujeres”.

Cliché
Idea o expresión demasiado repetida o acumulada.

Cuota
La proporción de mujeres que se establece para su progresiva incorporación a los ámbitos en los que están infrarrepresentadas, ya sea laboral, político, profesional, etcétera.

Construcción del género:
Está en la base de la división sexual del trabajo y la oposición privado/público. Es un eje estructural que articula las concepciones ideológicas de lo masculino y lo femenino.

Deconstrucción
Alude a una corriente nacida en Francia en los años 70 a partir de la obra de Jacques Derridá, un filósofo que profundiza en el análisis conceptual de los textos y los reconstruye para analizar su estructura conceptual. Deconstrucción no es un sinónimo de destrucción. Deconstruir significa desmontar, deshacer. En el feminismo, deconstrucción es trabajar por dehacer la cultura y la política patriarcal para reconstruir una vida más igualitaria.

Discriminación
Trato desfavorable concedido a las personas en función de su partencia a un grupo diferente al que se considera principal. Se da por diferencias de raza, religión, ideología y sexo.

Diversidad
Variedad, desemejanza, diferencia. Abundancia, gran variedad de cosas, conductas, culturas distintas y enriquecedoras.

Equidad
Igualdad tomando en cuenta las diferencias Si pensamos que está dada la igualdad, entonces, frente a las diferencias histórico/sociales, sólo profundizamos las desigualdades.

Escuela
Espacio de socialización, reforzamiento y legitimación en el ámbito público de lo aprendido en la familia a través del desarrollo de contenidos curriculares, así como de lo que se permite y espera de niñas y niños.

Estereotipo
Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable, que en la mayoría de las ocasiones no tiene ninguna correspondencia con la realidad ni, por supuesto, ninguna base científica. Alude a los juicios de valor basados en ideas preconcebidas que se superponen o imponen sobre un determinado colectivo. Un importante matiz del estereotipo es su fuerte carga emocional.
Los estereotipos se convierten clichés que mantienen las pautas de una sociedad patriarcal en la que la esfera privada de las mujeres prevalece más que su esfera pública. Toma en cuenta la especialidad de las mujeres para pasarla en los oficios y profesiones. Ejemplo: “las mujeres siempre actúan como madres”. Madres es una idea preconcebida. El estereotipo de una mujer habladora y charlatana se mantiene como una idea persistente e injusta en toda la historia de occidente.
El estereotipo encierra los sentimientos y la opinión de una persona respecto de otras; no es racional y se trasmite en pensamientos y palabras de generación en generación.

Familia
Espacio de transmisión de reglas, creencias e ideas de lo femenino y lo masculino, del bien y del mal, lo bonito y lo feo, lo deseable y lo indeseable, de lo correcto y lo incorrecto. En la familia también se aprende a vivir en sociedad. Es el espacio de afecto y aprendizaje al comienzo de la vida humana.

Feminismo
Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos, legales y reales, que para los hombres. Doctrina social favorable a las mujeres, en quienes reconoce capacidad y derechos para su persona.

Género
Alude a una categoría de análisis de la realidad basada en la atribución de determinadas pautas de comportamiento de los individuos en función de su sexo. Estas pautas responden, se dice, a la deseabilidad social (lo que es propio de los hombres y propio de las mujeres); pueden variar de una cultura a otra, y aun dentro de una misma. El género es un concepto cultural, mientras que el sexo es un concepto biológico.

Igualdad
Es el principio que concede idénticos derechos a todas las personas, con independencia de su raza, sexo, religión, condición social o circunstancia personal.

Igualdad de oportunidades
Es el principio que en la práctica otorga a las personas la posibilidad de ejercer su derecho a la igualdad. Se ancla en políticas públicas que consideran la igualdad en la diferencia y aplican las acciones positivas.

Imaginario social
Conjunto de categorías y cánones propios con que un determinado grupo cultural define sus interacciones personales y la articulación entre las esferas de lo individual y colectivo. El imaginario social influye sobre el proceso de construcción de la identidad personal. En ese proceso el sujeto asimila paulatinamente las imágenes, conductas, conceptos y creencias particulares que conforman el imaginario social del grupo cultural al que pertenece y que articulan las relaciones del yo ante el grupo y en el grupo.

Humor
Los chistes son mayoritariamente misóginos. En ellos se utilizan las expresiones peyorativas y la distorsión; el contexto de los chistes se convierte en un elemento de desprecio hacia las mujeres. Son generalmente sexistas y distorsionadores de la imagen de las mujeres.

Impacto
Ocho de cada diez niñas y niños de clase media y media baja ven televisión más de seis horas diarias. La televisión transmite a lo largo de su programación mensajes que adquieren una importante influencia sobre las creencias y aspiraciones de las personas.

Jerarquía, subordinación y poder
La asignación de género que nos adjudica al nacer papeles y conductas a los hombres y a las mujeres produce una jerarquía social; este lugar explica o justifica la subordinación de las mujeres frente a los hombres en todas las organizaciones sociales conocidas; el género es la sexualidad socialmente construida.

Machismo
Actitud de prepotencia de los varones con respecto a las mujeres. Conducta que discrimina, estereotipa, desprecia o silencia a las mujeres por el hecho de serlo.

Medios de comunicación
Espacios masivos de reforzamiento simultáneo de formas aparentemente universales de comportamiento y consumo de mujeres y hombres que afirman responder a las aspiraciones sociales de hombres y mujeres. En realidad están a la zaga de los cambios en la vida de relación entre las mujeres y los hombres.

Misoginia
Sistema de pensamiento que considera a las mujeres disminuidas, empequeñecidas, tontas, peligrosas. La misoginia es una forma de odio y maltrato a las mujeres. Está en los estereotipos discriminatorios. Está en el lenguaje; está en el trato y está en la violencia contra las mujeres.

Oposición público/privado
Comprueba que el ingreso de las mujeres a los ámbitos públicos no corresponde al ingreso de los hombres en ámbitos privados. Produce un desequilibrio que afecta la vida de relación entre hombres y mujeres. La división de género ante lo privado y lo público produce una gran dificultad para hacer realidad una ciudadanía igualitaria y democrática de mujeres y hombres.

Patriarcado
Sistema familiar, social, ideológico y político en el que los varonas, a través de la historia, la fuerza, la presión directa, los ritos, los símbolos, el lenguaje, las tradiciones, la división del trabajo, el control de la sexualidad femenina las leyes, y las prácticas sociales ejercen el poder sobre las mujeres y establecen un orden jerárquico de relaciones entre los sexos.

Política de género
La que aplica transversalidad de género en las diferentes políticas sectoriales que dan sustento a la instrumentación de programas y planes oficiales.

Política de equidad de género
Está diseñada para impulsar los derechos humanos de todas las personas. Propicia la justicia y consolida la democracia en todos los espacios.

Refranes
A través de los refranes las personas van configurando sus sentimientos, pensamientos y actuaciones. Se consideran verdades irrefutables y eternas, comprobadas generación tras generación. El refranero muestra a las mujeres de forma muy negativa. Ejemplo:

· Mujeres juntas, ni difuntas
· Dos hijas y una madre, la perdición de un padre
· Palabra de mujer no vale un alfiler
· La mujer y la mentira nacieron el mismo día

Religión
El espacio de creencias basadas en dogmas que conllevan, en su versión popular, castigos. Aparato ideológico que ejerce el mayor control sobre las mujeres a partir de su condicionamiento sexual.

Rol
Conjunto de tareas y funciones derivadas de la situación o estatus de una persona en un grupo social. Los roles masculinos se relacionan con el trabajo remunerado fuera del hogar y el sostenimiento económico de la familia. A su vez, los roles femeninos tienen que ver con el trabajo doméstico, la atención y el cuidado de la prole y la familia.

Sexo
Cuando se habla de sexo se alude a las diferencias biológicas entre los seres humanos. Los sexos son dos: masculino y femenino, ya que los seres humanos nacen hombres y mujeres, de acuerdo a la especie.

Sexismo
Se trata de todas aquellas actitudes que tienen que ver con el trato desigual que reciben las personas en razón de su sexo. Este término es análogo a conceptos tales como racismo, clasismo, elitismo, etcétera. Y con todos ellos constituye una pauta cultural e ideológica contraria a la democracia.
El sexismo restringe y condiciona la posibilidad de un desarrollo pleno para todos los sujetos sociales, sean hombres o mujeres. En realidad (no en la teoría) el sexismo, como discriminación sexista, afecta mayoritariamente a las mujeres y a los homosexuales.

Símbolo
Se trata de expresiones visuales, habladas o gesticulares, utilizadas para comunicar un significado más allá de la mera identificación de un objeto real. Lo simbólico o el simbolismo se relaciona fuertemente con las ideas preconcebidas acerca de las personas, sus etnias, sus comportamientos. Lo simbólico tiene además una construcción milenaria, por ejemplo, en la designación genérica de las mujeres y los hombres.

Trato diferencial
Determina que las mismas conductas o acciones se valoren de distinta manera seguín quien las protagoniza: un hombre o una mujer.

Telenovelas
Programas con el mayor raiting de la televisión mexicana. Representan a las mujeres y a los hombres en papeles tradicionales o subversivos, pero conservando las ideas centrales de que los hombres son proveedores y fuertes, padres y todo poderosos; las mujeres son madres y centro de las familias.
Cuando las mujeres son fuertes, empresarias o triunfadoras, casi siempre son presentadas como las malas de la serie. En su discurso, las telenovelas hacen ver atributos y valores humanos. Las mujeres de avanzada son “ambiciosas”, “competitivas”, “extremadamente maliciosas”; los hombres son proveedores, responsables, audaces; malos, pero justificados.
En todas las telenovelas el amor de las mujeres se presenta como el centro de sus acciones. El amor a los hombres. Siempre los perdonan.

Violencia contra las mujeres o violencia feminicida
Es el conjunto de actitudes, tratos y crímenes que se ejercen contra las mujeres por el sólo hecho de que son mujeres. Se ancla en la misoginia y la discriminación. Es la violación permanente y reiterada a los derechos humanos de las mujeres. Sus fines van del odio al extermino, real o simbólico, de las mujeres.
Se expresa en todas las formas en que se oprime a las mujeres. Se imprime en ellas la desvaloración y la desautorización de su persona. Se expresa en formas de odio contra ellas mediante represión simbólica y directa, desprecio, hostigamiento laboral, sexual y social, ofensas, golpes, maltratos, heridas, violación sexual y control sexual.
El extremo de la violencia contra las mujeres es el asesinato.

· Para el Glosario se consultaron varias fuentes:

a) Olga Bustos, en su texto Cómo incorporar la perspectiva de género en la comunicación, publicado por los Institutos de las mujeres de Jalisco y Nuevo León, 2004
b) Gabriela Delgado, en su power point sobre políticas de género del curso anual del Instituto de las Mujeres de Oaxaca.
c) Federación de Mujeres Progresistas, en su Guía sobre lenguaje sexista.
d) Sara Lovera, de sus power points de apoyo a talleres y conferencias sobre los derechos humanos de las mujeres; comunicación y género; violencia, signo del siglo XX, todos en la biblioteca de Comunicación e Información de la Mujer AC. (CIMAC)

Agradecemos a todas las mujeres que han ido construyendo un nuevo lenguaje para nombrar los deseos y necesidades de la mayoría de la población, sus avances y triunfos. Eso también nos ayudó en el Glosario.

II. Mujeres y medios de difusión: Capítulo J

Objetivos estratégicos y medidas
de la Plataforma de Acción de Beijing, (ONU, septiembre 1995)
J. La mujer y los medios de difusión
234. En el último decenio, los avances en la tecnología de la información han facilitado el desarrollo de una red mundial de comunicaciones que trasciende las fronteras nacionales y que influye en las políticas estatales, las actitudes privadas y el comportamiento, en especial de los niños y adultos jóvenes. Existe en todas partes la posibilidad de que los medios de comunicación contribuyan en mucha mayor medida al adelanto de la mujer.
235. Aunque ha aumentado el número de mujeres que hacen carrera en el sector de las comunicaciones, pocas son las que han llegado a ocupar puestos directivos o que forman parte de juntas directivas y órganos que influyen en la política de los medios de difusión. Se nota la desatención a la cuestión del género en los medios de información por la persistencia de los estereotipos basados en el género que divulgan las organizaciones de difusión públicas y privadas locales, nacionales e internacionales.
236. Hay que suprimir la proyección constante de imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios de comunicación, sean electrónicos, impresos, visuales o sonoros. Los medios impresos y electrónicos de la mayoría de los países no ofrecen una imagen equilibrada de los diversos estilos de vida de las mujeres y de su aportación a la sociedad en un mundo en evolución. Además, los productos violentos y degradantes o pornográficos de los medios de difusión también perjudican a la mujer y su participación en la sociedad. Los programas que insisten en presentar a la mujer en sus papeles tradicionales pueden ser igualmente restrictivos. La tendencia mundial al consumismo ha creado un clima en el que los anuncios y mensajes comerciales a menudo presentan a la mujer como consumidora y se dirigen a las muchachas y a las mujeres de todas las edades en forma inapropiada.
237. Debería potenciarse el papel de la mujer mejorando sus conocimientos teóricos y prácticos y su acceso a la tecnología de la información, lo que aumentará su capacidad de luchar contra las imágenes negativas que de ella se ofrecen a escala internacional y de oponerse a los abusos de poder de una industria cada vez más importante. Hay que instaurar mecanismos de autorregulación en los medios de difusión y fortalecerlos, así como idear métodos para erradicar los programas en los que haya sesgo de género. La mayoría de las mujeres, sobre todo en los países en desarrollo, carecen de acceso efectivo a las infopistas electrónicas, que están en vías de expansión y, por lo tanto, no pueden crear redes que les ofrezcan nuevas fuentes de información. Así pues, es necesario que las mujeres intervengan en la adopción de las decisiones que afectan al desarrollo de las nuevas tecnologías, a fin de participar plenamente en su expansión y en el control de su influencia.
238. Al abordar el problema de la movilización de los medios de difusión, los gobiernos y otros sectores deberían fomentar una política activa y visible de incorporación de una perspectiva de género en sus políticas y programas.
Objetivo estratégico J.1. Aumentar el acceso de la mujer su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión y por conducto de ellos, así como en las nuevas tecnologías de comunicación
Medidas que han de adoptarse:
239. Medidas que han de adoptar los gobiernos:
a) Fomentar la educación, la capacitación y el empleo de la mujer a fin de promover y asegurar su igual acceso a todas las esferas y niveles de los medios de difusión;
b) Fomentar la investigación de todos los aspectos de la imagen de la mujer en los medios de difusión para determinar las esferas que requieren atención y acción y examinar las actuales políticas de difusión con miras a integrar una perspectiva de género;
c) Promover la participación plena y equitativa de la mujer en los medios de difusión, incluida la participación en la gestión, la producción de programas, la educación, la capacitación y la investigación;
d) Procurar que se distribuyan equitativamente los nombramientos de mujeres y hombres en todos los órganos consultivos, de gestión, de reglamentación o de supervisión, incluidos los relacionados con los medios de difusión privados y estatales o públicos;
e) Alentar a esos órganos, en la medida en que ello no atente contra la libertad de expresión, a que aumenten el número de programas destinados a la mujer y realizados por mujeres, para velar por que las necesidades y los problemas de la mujer se traten en forma apropiada;
f) Estimular y reconocer las redes de comunicación de mujeres, entre ellas las redes electrónicas y otras nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación, como medio para la difusión de información y el intercambio de ideas, incluso en el plano internacional, y brindar apoyo a los grupos de mujeres que participan en todos los ámbitos de los medios de difusión y de los sistemas de comunicación a ese efecto;
g) Alentar la utilización creativa de programas en los medios de difusión nacionales, y proporcionar medios o incentivos a ese efecto, con miras a divulgar información sobre las diversas formas culturales de la población autóctona, y el desarrollo de los aspectos sociales y educacionales conexos en el marco del derecho nacional;
h) Garantizar la libertad de los medios de difusión y su protección subsiguiente dentro del marco del derecho nacional y alentar, de manera compatible con la libertad de expresión, la participación positiva de los medios de difusión en las cuestiones sociales y de desarrollo.
240. Medidas que han de adoptar los sistemas de difusión nacionales e internacionales:
Elaborar, en la medida en que ello no atente contra la libertad de expresión, mecanismos reglamentarios, incluidos los voluntarios, que permitan a los sistemas de comunicaciones internacionales y a los medios de difusión presentar una imagen equilibrada y diferenciada de la mujer y que fomenten una mayor participación de la mujer y el hombre en las esferas de la producción y la adopción de decisiones.
241. Medidas que han de adoptar los gobiernos, según proceda, o los mecanismos nacionales para el adelanto de la mujer:
a) Fomentar la organización de programas de educación y capacitación de la mujer a fin de que se prepare información destinada a los medios de difusión, incluida la financiación de actividades experimentales y la utilización de nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación, a la cibernética y a la comunicación espacial y por satélite, ya sea en la esfera pública o privada;
b) Alentar la utilización de los sistemas de comunicación, incluidas las nuevas tecnologías, como medio de fortalecer la participación de la mujer en los procesos democráticos;
c) Facilitar la compilación de una lista de especialistas en los medios de difusión en cuestiones relacionadas con la mujer;
d) Alentar la participación de la mujer en la elaboración de directrices profesionales y códigos de conducta u otros mecanismos apropiados de autorregulación para fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión.
242. Medidas que han de adoptar las organizaciones no gubernamentales y las asociaciones profesionales de difusión:
a) Estimular la creación de grupos de control que puedan vigilar a los medios de difusión y celebrar consultas con ellos a fin de velar por que las necesidades y los problemas de la mujer se reflejen en forma apropiada;
b) Capacitar a la mujer para que pueda utilizar mejor la tecnología de la información aplicada a la comunicación y a los medios de difusión, incluso en el plano internacional;
c) Crear redes entre las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones femeninas y las organizaciones de difusión profesionales y elaborar programas de información para esas organizaciones, a fin de que se reconozcan las necesidades concretas de la mujer en los medios de difusión, y facilitar una mayor participación de la mujer en la comunicación, en particular en el plano internacional, en apoyo del diálogo Sur-Sur y Norte-Norte entre esas organizaciones con miras, entre otras cosas, a promover los derechos humanos de la mujer y la igualdad entre la mujer y el hombre;
d) Alentar al sector de los medios de difusión y a las instituciones de enseñanza y de capacitación en materia de medios de difusión a que elaboren, en los idiomas apropiados, formas de difusión destinadas a los grupos tradicionales autóctonos y a otros grupos étnicos, tales como la narración, el teatro, la poesía y el canto, que reflejen sus culturas y a que utilicen esas formas de comunicación para difundir información sobre cuestiones sociales y de desarrollo.
Objetivo estratégico J.2. Fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión
Medidas que han de adoptarse:
243. Medidas que han de adoptar los gobiernos y las organizaciones internacionales, en la medida en que no atenten contra la libertad de expresión:
a) Fomentar la investigación y la aplicación de una estrategia de información, educación y comunicación orientada a estimular la presentación de una imagen equilibrada de las mujeres y las jóvenes y de las múltiples funciones que ellas desempeñan;
b) Alentar a los medios de difusión y a los organismos de publicidad a que elaboren programas especiales para fomentar el interés en la Plataforma de Acción;
c) Fomentar una capacitación que tenga en cuenta los aspectos relacionados con el género para los profesionales de los medios de difusión, incluidos los propietarios y los administradores, a fin de alentar la creación y la utilización de imágenes no estereotipadas, equilibradas y diferenciadas de la mujer en los medios de difusión;
d) Alentar a los medios de difusión a que se abstengan de presentar a la mujer como un ser inferior y de explotarla como objeto sexual y bien de consumo, en lugar de presentarla como un ser humano creativo, agente principal, contribuyente y beneficiaria del proceso de desarrollo;
e) Fomentar la idea de que los estereotipos sexistas que se presentan en los medios de difusión son discriminatorios para la mujer, degradantes y ofensivos;
f) Adoptar medidas efectivas, que incluyan normas legislativas pertinentes, contra la pornografía y la proyección de programas en los que se muestren escenas de violencia contra mujeres y niños en los medios de difusión.
244. Medidas que han de adoptar los medios de información de masas y las organizaciones de publicidad:
a) Elaborar, en la medida en que ello no atente contra la libertad de expresión, directrices profesionales y códigos de conducta y otras formas de autorregulación para fomentar la presentación de imágenes no estereotipadas de la mujer;
b) Establecer, en la medida en que ello no atente contra la libertad de expresión, directrices profesionales y códigos de conducta respecto de los materiales de contenido violento, degradante o pornográfico sobre la mujer en los medios de información, incluso en la publicidad;
c) Introducir una perspectiva de género en todas las cuestiones de interés para las comunidades, los consumidores y la sociedad civil;
d) Aumentar la participación de la mujer en la adopción de decisiones en los medios de información en todos los niveles.
245. Medidas que han de adoptar los medios de información, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, en colaboración, cuando corresponda, con los mecanismos nacionales encargados de la promoción de la mujer:
a) Fomentar la participación en pie de igualdad en las responsabilidades familiares, mediante campañas en los medios de difusión que hagan hincapié en la igualdad de género y en la exclusión de los estereotipos basados en el género de los papeles que desempeñan las mujeres y los hombres dentro de la familia, y que difundan información tendiente a eliminar el abuso doméstico de cónyuges y niños y todas las formas de violencia contra la mujer, incluso la violencia en el hogar;
b) Producir y/o difundir materiales en los medios de difusión sobre las mujeres dirigentes, entre otras cosas, como líderes que asumen sus posiciones de liderazgo con experiencias muy diversas que incluyen, sin limitarse a ellas, sus experiencias respecto del logro de un equilibrio entre sus responsabilidades en el trabajo y en la familia, como madres, profesionales, administradoras y empresarias, para servir de modelos, particularmente para las jóvenes;
c) Fomentar campañas de amplio alcance que utilicen los programas de educación pública y privada para difundir información y fomentar la conciencia acerca de los derechos humanos de la mujer;
d) Apoyar el desarrollo de nuevos medios optativos y la utilización de todas las formas de comunicación, y proporcionar financiación, según proceda, para difundir la información dirigida a la mujer y sobre la mujer y sus intereses;
e) Elaborar criterios y capacitar a expertos para que apliquen el análisis de género a los programas de los medios de difusión.
Ver Plataforma de Acción, ONU/ Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, IV Conferencia Mundial de la Mujer, Beijing, 1995.

III. Críticas al cumplimiento del Capítulo J en México

Capítulo J de la plataforma de Pekín
Inciso 100 de Pekín+5*


Problemas que se identifican

La imagen de las mujeres en los medios de comunicación global es hoy un tema central para su desarrollo. Los medios son una parte, tal vez la más sensible, para promover o reafirmar imágenes distorsionadas, discriminatorias e injustas para las mujeres.
Adicionalmente, estos medios, globalmente conducidos y propiedad de grupos y consorcios nacionales e internacionales, informan a la población sobre la sociedad y se les ha identificado, desde hace 30 años, como el espejo distorsionado de las vidas, acciones, deseos, necesidades de las mujeres. Es lamentable lo que ocultan. Se puede afirmar que están a la zaga de muchos de los cambios en la vida de relación de hombres y mujeres en el mundo.
México no es una isla en este sentido. Los medios están en manos de unos cuantos consorcios de información, producción y difusión de la vida de hombres y mujeres. La publicidad es la forma más estruendosa en que las mujeres son tratadas como objetos y su difusión es sexista y discriminatoria. El discurso en otros productos, como noticiarios, programas de entretenimiento y los llamados talk shows, además de mostrar viejos esquemas de lo que somos las mujeres, frecuentemente promueven conductas, reacciones e historias llenas de indignidad para las mujeres.
Este es un problema profundo, ligado a la cultura y a la construcción de la conciencia y los conocimientos; de ahí que los medios, a pesar de tres décadas de diagnóstico y definición de cómo actúan, han tenido pocos y lentos cambios.

Impacto para las mujeres

La Plataforma de Pekín, así como el análisis y la ratificación emanados en Nueva York en el año 2000, señalan claramente la urgencia de abordar el problema como parte fundamental del objetivo de esas discusiones: conseguir la igualdad y la equidad para las mujeres en un mundo dominado por los hombres. Sus recomendaciones coinciden con las repercusiones que los medios y sus mensajes tienen en la vida de las mujeres.
Cuando el Capítulo J y el inciso 100 de Pekín+5 señalan la difusión de mensajes, lenguajes e imágenes denigrantes para las mujeres, consideran que son los medios una palanca que obstaculiza el avance de las mujeres; al ocultar sus cambios, al mantener en circulación ideas discriminatorias y sexistas, reproducen ideas que hacen que mujeres y hombres mantengan la idea de que las mujeres son sólo objetos sexuados, menores de edad, menos racionales y menos inteligentes, fomentando su desigualdad.
Además, las programaciones y sus contenidos fomentan la violencia contra ellas, justifican la discriminación y mantienen imágenes tradicionales de mujeres que probablemente no son las reales en áreas muy grandes de la vida de nuestros países.

El diagnóstico

Desde 1987, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) y sus acuerdos de Toronto; la reunión previa a Pekín, llamada Mirar al mundo con ojos de mujer, y los acuerdos de Lima relacionados con los medios de comunicación a través de la iniciativa de la Wacc y otras agencias, hicieron patente la urgencia de promover de cambios en los medios sin lesionar la libertad de expresión.
Las mujeres, organizadas en grupos gremiales, asociaciones u ONG también han señalado medidas preventivas y éticas que los medios pueden aplicar para dejar de ser un obstáculo para el ejercicio de los derechos de las mujeres.
De estas reuniones surgió el contenido del capítulo J, que señala tres cuestiones centrales sólo posibles si se toman medidas desde los gobiernos, la iniciativa privada y la sociedad:

a) Legislar sobre los medios de comunicación y promover su autorregulación.
b) Fomentar la participación de más y más mujeres en la toma de decisiones con respecto a los contenidos y la orientación de los mensajes de los medios
c) Garantizar la promoción y distribución de informaciones que dignifiquen el estatus femenino a través de redes entre mujeres y entre comunicadores/as.

El objetivo de las recomendaciones de la Plataforma fue ratificado en Pekín+5 con el inciso 100, que dice: “Cooperar y trabajar con asociados del sector privado y redes de medios de difusión a fin de promover el acceso de hombres y mujeres como productores y consumidores; dar acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones, alentando a los medios y a la industria de la información a que en consonancia con la libertad de expresión adopten y elaboren códigos de conducta, directrices profesionales, y otras directrices de autorregulación para eliminar los estereotipos sexuales y promover una presentación equilibrada de la imagen del hombre y la mujer (...) Promover las iniciativas de las mujeres para crear y promover redes y tener acceso a ellas, y apoyar la capacidad de las ONG que a ello se dediquen para aprovechar las nuevas tecnologías para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz”.

México

Por parte del gobierno mexicano, las medias han sido zigzagueantes y tímidas. Hace 30 años que se discuten cambios en la legislación; los sucesivos programas de la mujer hasta la fecha sólo se han concretado a promover campañas de corte publicitario en los medios electrónicos. No se ha emprendido una tarea concreta para promover la igualdad en la estructura, el contenido y los mensajes de los medios; el gobierno es frecuentemente un obstáculo para difundir la igualdad y promover la equidad. El gobierno mexicano, además, no cumple con las leyes que prohíben el uso de imágenes infantiles y de mujeres en la publicidad.
Los concesionarios de los medios de la iniciativa privada en México gozan de una total impunidad (los mismos detentan concesiones hace 50 años) y su libertad consiste en difundir miles de horas de programación violenta en general, denigrante para las mujeres en particular, y aunque cada día son más las mujeres contratadas para leer noticias, participar en la programación y realizar guiones o producciones en medios electrónicos, los dueños, las autoridades y los gerentes fijan contenidos e imágenes. La publicidad que difunden utiliza el cuerpo de las mujeres como objeto sexuado para la venta.
Las mujeres organizadas y las que pertenecen a ONG, en cambio, durante los últimos 10 años han trabajado incansablemente por promover y usar las nuevas tecnologías; crear redes de información entre mujeres y entre las y los comunicadores. Destacan en esta labor Módem Mujer y Comunicación e Información de la Mujer, AC.
Existen en el país esfuerzos en los medios electrónicos, principalmente en la radio, con programas en favor de los derechos de las mujeres; informativos en toda la nación a través de una Red Nacional de Periodistas; esfuerzos individuales que logran por periodos incluirse en los medios de la iniciativa privada, pero que sufren mutilaciones, desviaciones y censuras frecuentemente.
En síntesis: mientras los gobiernos y la iniciativa privada obstaculizan la inclusión de imágenes e informaciones equilibradas de mujeres y hombres en los medios, la sociedad ha abierto espacios.
Mientras que los medios privados cambian lentamente -sobre todo en casos evidentes, como el de las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez y la violencia feminicida, por la imposibilidad de ocultarlos- continúan difundiendo aún, en sus programas, una mirada amarillista o victimista y subordinada de las mujeres. Como el de Ciudad Juárez ha habido otros espacios. Y, a pesar de que la sociedad y las organizaciones de mujeres producen información, ésta se introduce lentamente en los medios públicos y privados.

El informe

Por eso llama la atención que el informe y respuestas al cuestionario de Beijing por parte del Instituto Nacional de las Mujeres muestre eficazmente esta ausencia de políticas hacia los medios de comunicación.
El tema de preocupación es el número nueve: en el documento ocupa el menor número de líneas y acciones; habla sólo de campañas de corte gubernamental y publicitario y dice haber iniciado un observatorio restringido a buzones de opinión.
Es evidente que no informa nada acerca del cambio legislativo; la promoción de códigos de ética; la formación de redes de profesionales o la capacitación a profesionales, y afirma que para 2006 tendrá un diagnóstico de la situación de los medios. Confirma así un desapego claro a este punto de la Plataforma de Acción; carece de programa integral y de preocupación real.
Probablemente esto se debe a la existencia en México de una relación perversa entre el gobierno, sus actores políticos y sus intereses partidarios con los concesionarios de los medios electrónicos y con los dueños de los medios impresos. La prensa en México, como se llama generalmente al conjunto de los medios, se ha considerado como un poder que, al estilo de Habermas, dirige los mensajes hacia la construcción y afirmación de un mundo gobernado por los capitales internacionales; hacia las ideas coercitivas para la sociedad y la afirmación de la desigualdad entre mujeres y hombres.
Finalmente, habrá que decir que, con un mínimo de recursos, las organizaciones especializadas en medios, así como las organizaciones sociales y civiles de las mujeres, han hecho un esfuerzo permanente por cambiar esta situación; por elaborar políticas continuadas de capacitación, formación y promoción de medios alternativos; por hacer políticas públicas aun desde su influencia limitada y su interlocución fraccionada.

Propuestas:

1.- Que los gobiernos de la República y las/los legisladores aprueben cambios legislativos en comunicación a la brevedad.
2.-Que se cumpla con la plataforma, en el sentido de que los gobiernos apuntalen, apoyen y promuevan los esfuerzos de las ONG que trabajan contenidos, mensajes e informaciones para los medios.
3.- Que se obligue a los medios a la formulación de códigos de ética y autorregulaciones (sólo dos medios impresos nacionales los tienen, y no de género, mientras existen más de 500 impresos, diarios y revistas locales y nacionales).
4.-Que se garantice la transparencia como un mecanismo de rendición de cuentas en materia de medios de comunicación.

Ver Informe Alternativo, Beijing+5, México, 2000
Elaborado por Sara Lovera López
Asesora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC)


IV. Declaración de Lima

En Lima, Perú, treinta y ocho mujeres provenientes del movimiento de mujeres y el movimiento feminista, investigadoras y profesionales de la comunicación, de instituciones, medios y universidades de doce países de la región latinoamericana, convocadas por la Asociación Mundial de Comunicaciones Cristianas (WACC ) y la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, nos reunimos entre el 28 y 31 de enero de 1998 en el seminario “Género, comunicación y ciudadanía en América Latina. Retos y perspectivas al 2000”.
Las participantes recogemos y valoramos los pronunciamientos sobre el tema que han formulado importantes reuniones globales de las mujeres: la Declaración de Bangkok, en el marco del Congreso “Las mujeres dinamizando la comunicación", en 1994; la Conferencia de la UNESCO en Toronto, en 1995, y la Plataforma de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas, realizada en 1995 en Beijing, China.

Las comunicadoras latinoamericanas reconocemos que:

- Las mujeres constituimos más del cincuenta por ciento de la población de la región; estamos incorporadas a todas las áreas de la vida colectiva, realizando un decisivo aporte al desarrollo económico, social y político de nuestros países. Sin embargo, este aporte no se refleja en nuestra presencia y participación en los centros de poder, donde se toman las grandes decisiones que afectan a las mayorías latinoamericanas, al futuro de la región y a nuestra propia vida.

- Los medios de comunicación tienen una gran presencia y significado en América Latina, y una enorme responsabilidad, debido al papel social y de servicio público que podrían desempeñar en la construcción de la democracia, el desarrollo y fortalecimiento de la ciudadanía y la superación de la pobreza que afecta a grandes sectores de la población del continente, especialmente a las mujeres y a las niñas y niños.

- En el año de celebración del 50 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, constatamos que los derechos de las mujeres latinoamericanas aún se encuentran violentados e incluso son inexistentes en algunos ámbitos, como el del derecho a la comunicación social.

- Revelamos la importancia de incorporar y hacer realidad el derecho a la comunicación de las mujeres para construir procesos ciudadanos y profundizar la democracia.

Por todo lo anterior, nos pronunciamos porque se haga efectivo el derecho a comunicar, que incluye:

- La libertad de expresión y la libre circulación de las ideas.

- El derecho al acceso a la información y a ser debidamente informadas.

- El derecho al acceso a los medios de comunicación como fuente de información, como voceras de nuestras identidades y como sujetas activas de la construcción ciudadana y democrática.

- El derecho a tener nuestros propios canales y a producir mensajes
comunicacionales.

- El derecho a contar con marcos jurídicos, condiciones económicas y
tecnológicas para nuestro desarrollo en ese campo.

- El derecho a participar en niveles de decisión en organizaciones e instancias de comunicación públicas y privadas.

Nos pronunciamos porque las legislaciones y normas nacionales e internacionales sobre comunicaciones se basen en principios democráticos y tomen en cuenta las particularidades culturales de nuestra región, estableciendo límites a la globalización monopólica de las telecomunicaciones.
Nos pronunciamos por una legislación que permita la participación equitativa e igualitaria entre mujeres y varones en la conducción de los procesos comunicativos y en la capacidad de comunicar, de modo que exista un real pluralismo y una diversidad en las voces, imágenes y palabras que circulan en la región.
Nos pronunciamos porque el actual proceso de modernización de los marcos legales que regulan las telecomunicaciones, la informática y la radiodifusión que se realizan en algunos países de América Latina incluya normativas y disposiciones que propicien la democratización y el ejercicio del derecho a la comunicación, y una administración equitativa y justa del espectro electromagnético por parte del Estado.
En este marco, demandamos mayores posibilidades y garantías a las organizaciones e instituciones que luchan por el derecho de las mujeres, de modo que tengan acceso real a los productos, servicios y mecanismos de comunicación que se pretenden regular.
Sostenemos la necesidad de que los códigos de ética de los medios y de las
asociaciones y redes de los profesionales de los medios incorporen el respeto al principio de la equidad de género, haciendo efectivos los compromisos adquiridos en todas las convenciones internacionales.
Nos pronunciamos por nuestra participación en general en la definición de las regulaciones que existen en los diversos países para abordar la calidad de comunicación y su cumplimiento, de modo que se respete y reconozca la dignidad de las mujeres y de todos los seres humanos.
Nos pronunciamos por que los gobiernos hagan efectivos, mediante las medidas administrativas del caso, la formulación y ejecución de las políticas pertinentes, y el Capítulo J de la Plataforma de la IV Conferencia Mundial de la Mujer de Naciones Unidas (Beijing) que se refiere a los medios de comunicación, capítulo hasta ahora ignorado en sus políticas en todos los países de la Región.
Nos pronunciamos por la observancia y el respeto a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y que se adopte el Protocolo Facultativo de la Convención[15], mecanismo que nos permitirá llevar los casos de violación de los artículos de dicha Convención a los organismos de Naciones Unidas.
Las comunicadoras latinoamericanas, conscientes del incremento de asesinatos de periodistas hombres y mujeres en todo el mundo en los últimos años como consecuencia del ejercicio de su profesión, condenamos con energía la violencia contra periodistas y recomendamos a los gobiernos que adopten el principio de que no prescriban los crímenes contra las personas cuando sean perpetrados para impedir el ejercicio de la libertad de información y de expresión (Resolución Conferencia General de la UNESCO, 1997).
Por tanto, llamamos a la sociedad, a los medios, a los gobiernos, a los
profesionales de la comunicación, a docentes universitarios/as e investigadore/as, a suscribir estas recomendaciones y estrategias de las mujeres de la región latinoamericana y a rechazar y denunciar las expresiones de violencia contra las mujeres que se den en los medios de comunicación y en la sociedad, en la vida pública o privada.

31 de enero de 1998

Suscriben la Declaración:

- Teresita Hermano - The Women's Programme WACC , Inglaterra
- Maria Teresa Aguirre - WACC-América Latina - Inglaterra
- Helena Pinilla - A.C.S. Calandria - Peré
- Maria Elena Hermosilla - EACC-AL - Chile
- Regina Festa - VIDEAZIMUT - Brasil
- Sally Burch - ALAI - Ecuador
- Lourdes Barrezueta - ALER - Ecuador
- Maria Victoria Polanco - AMARC, Red Internacional de Mujeres - Colombia
- Maria Elena Velarde - G-8 - Ecuador
- Ana Torres Quintanilla - ARPAS - El Salvador
- Ana Maria Portugal - Isis Internacional - Chile
- Elizabeth Salguero - Red-Ada - Bolivia
- Cecilia Valderrama P. - CNR - Perú
- Gloria Bonder - Centro de Estudios de la Mujer, CEM - Argentina
- Maria Lis Rodríguez - Comunicadores del Mercosur - Paraguay
- Susana Aldana Amabile - Decidamos - Uruguay
- Mercedes Charles - ICO/FEM - México
- Patricia Alvear - Cine Mujer - Colombia
- Patricia Flores P. - Consultora - Bolivia
- Lucy Garrido - Cotidiano Mujer - Uruguay
- Uca Silva - Sur Profesionales - Chile
- Sara Lovera - CIMAC - México
- Rosa Espinoza Ch. - Manuela Ramos - Peré
- Gaby Cevasco - Flora Tristán - Perú
- Rosa Maria Alfaro - A.C.S. Calandria - Perú
- Gabriela Ayzanoa - CRF - Perú
- Cecilia Reynoso R. - DEMUS - Perú
siguen firmas ...

Otras instituciones invitadas:
- Alejandro Alfonzo - Consejero regional en comunicación para América
Latina de la UNESCO
-Hannah Pandian, Programme Officer for Women and Media



Mayor información en:
WACC. 357 Kennington Lane, London SE11 5QY
tel: 44-171-948 2546
fax: 44-171-735 0340
e-mail: hsp@wacc.gn.apc.org
WACC Women's Programme webpage -

V. Pretextos para realizar periodismo no sexista

Fechas clave para la creatividad y la incidencia:

El movimiento internacional de mujeres, las agencias de Naciones Unidas y otras instancias, a lo largo del siglo XX, fueron creando un calendario para fijar un tema, para conmemorar un acontecimiento o para realizar campañas buscando crear conciencia sobre algunos aspectos de la condición social de las mujeres.
Este calendario puede ser un punto de partida para realizar promociones de difusión o trabajos periodísticos y sirven de pretexto para poner en práctica algunas de las cosas que presenta este texto manual. Incluimos algunas fechas instituidas en México.

6 de enero: Día de la Enfermera

14 de febrero: Día del Amor y la Amistad.

8 de marzo: Día Internacional de la Mujer (instituido en 1910, durante la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras). En esta fecha comienza la Campaña Global de 180 días para asegurar la ciudadanía plena y la igualdad para las mujeres por iniciativa de las mujeres organizadas en el marco de la IV Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, 1995.

21 de marzo: Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

22 de marzo: Día Mundial del Agua

30 de marzo: Día Internacional de la Trabajadora Doméstica (instituido en 1988, durante el 1er. Congreso Latinoamericano y del Caribe de Trabajadoras del Hogar).

6 de abril: Día Mundial de la Salud

1º de mayo: Día Internacional del Trabajo

3 de mayo: Día Internacional de la Libertad de Prensa

5 de mayo: Día Mundial de la Partera (instituido en 1991, durante la Conferencia Internacional de Matronas).

10 de mayo: Día de la Madre (instituido en 1922 por acuerdo de José Vasconcelos y el diario Excelsior)

15 de mayo: Día Internacional de las Familias

15 de mayo: Día del Magisterio

28 de mayo: Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres (instituido por la Red de la Salud de las Mujeres de América Latina y el Caribe en 1987).

5 de junio. Día Mundial del Medio Ambiente

Día del Padre (segundo domingo de junio)

7 de junio: Día de la Libertad de Expresión.

11 de julio: Día Internacional de la Población

5 de septiembre: Día Internacional por la Ciudadanía de las Mujeres o Día Internacional de Acción para la Igualdad de la Mujer.

28 de septiembre: Día Latinoamericano por la Despenalización del Aborto.

12 de octubre: Día de la Raza. Encuentro de Dos Mundos.

15 de octubre. Día Internacional de la Mujer Rural.

17 de octubre: Se conmemora la fecha en que se logró el voto ciudadano para las mujeres en México.

25 de noviembre. Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres. Comienza la campaña “16 días de activismo a favor de los derechos humanos de las mujeres”, que termina el 10 de diciembre.

1º de diciembre: Día Internacional de Lucha contra el Sida.

10 de diciembre: Aniversario de la Declaración Mundial de los Derechos Humanos.


VI. Apuntes sobre ortografía y redacción

De la redacción -la expresión escrita de las ideas, pensamientos, sentimientos- depende en gran medida la comunicación. Si ésta no es completa, clara y precisa, da lugar a la incompren­sión de un escrito. Una buena redacción es el resultado, por una parte, del conocimiento de la len­gua y, por la otra, de la práctica. Si se quiere aprender a escribir, hay que escribir.

Los signos de puntuación

a) El punto
- Se usa el punto al final de una oración.
- Se llama punto y seguido cuando sirve para separar enunciados que se relacionan entre sí.
- El punto y aparte se emplea cuando lo que se dice a continuación ya no está estrechamente relacionado con lo que se decía antes.
- Al terminar un escrito usamos el punto final.
- También se utiliza el punto después de abreviaturas.

b) La coma
- Se usa coma para separar todos los elementos de una serie de palabras, excepto el último si éste va precedido de las conjunciones y, e, ni, que.
- Se usa coma para separar oraciones o frases breves que aparezcan seguidas, aunque lleven la conjunción "y".
- Se usa coma antes y después de un vocativo (la palabra o palabras que se emplean para di­rigirse directamente a una persona o para llamar a alguien). Cuando el vocativo va al prin­cipio de la oración, lleva la coma después; cuando está intercalado, va entre comas; cuan­do va al final, la coma se coloca antes. También va entre comas la aposición del sujeto (pa­labra o palabras que determinan o aclaran al sustantivo).
- Van entre comas las expresiones esto es, por último, o sea, por ejemplo, además, es decir, no obstante, finalmente, tal vez, hasta cierto punto, en efecto, en fin, sin embargo, quizá.
- Se pone una coma en lugar de un verbo que se ha suprimido porque se encuentra ya ex­presado anteriormente y no es necesario repetirlo (elipsis). Puede también suprimirse por razones de estilo.
- Cuando “pues” es una conjunción continuativa (que implica idea de continuación), va entre comas. Cuando es casual (expresa causa, razón o motivo), va precedida por una coma.
- Antes de las conjunciones adversativas (pero, sin más, aunque) suele ponerse una coma.

c) Punto y coma
- Usamos punto y coma para separar oraciones o frases largas y complejas.
- Se usa punto y coma antes de las conjunciones adversativas (pero, aunque, sin embargo) cuando separan oraciones de alguna extensión.
- Se usa punto y coma para separar las frases u oraciones que constituyen una enumeración, excepto la última de la serie, que se separa con una coma.

d) Dos puntos
- Se usan dos puntos antes de citar textualmente las palabras de otra persona.
- Se usan dos puntos cuando la segunda oración es explicación, resumen o consecuencia de la anterior.
- Se usan dos puntos antes de una enumeración y después de expresiones como: por ejem­plo; los siguientes; como sigue; son; a saber; esto es, que introducen también una enume­ración.

Estructura de la oración
Las palabras, para formar una oración, se combinan entre sí de acuerdo con ciertas reglas. Cada palabra adquiere un valor gramatical conforme a la relación que establece con otra dentro de la oración.
Las palabras, de acuerdo con su función, pueden clasificarse en: núcleos, modificadores y nexos.
- Núcleos: palabras principales, centrales. El sustantivo es el núcleo del sujeto; el verbo, del predicado.
- Modificadores: dependen de los núcleos a los cuales complementan (modifican). El adjeti­vo y el artículo modifican al sustantivo; el adverbio, al verbo.
- Nexos: palabras que sirven para unir, enlazar dos palabras (o dos acciones). Son nexos las preposiciones, las conjunciones, los pronombres relativos y algunos adverbios.

Las preposiciones
A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, hacia, hasta, para, por, sin, según, so, sobre, tras.
Principales preposiciones y usos:

A
- Movimiento, material o figurado: Voy a Madrid. Miró a mis padres.
- Proximidad: Se sentaron a la lumbre.
- Lugar y tiempo: A la derecha. A fin de mes.
- Modo o manera: A la inglesa. Hazlo a tu gusto.

De
- Posesión: El libro de Juan.
- Materia: Reloj de oro.
- Asunto: Libro de botánica.
- Número: Dar de palos.
- Modo: Caer de espaldas.
- Tiempo: De noche vienes.

En
- Expresa una idea de reposo estática: Vivo en Madrid.
- Tiempo: Estamos en invierno.
- Modo: En mangas de camisa.
- Medio: Viajar en tren.
- Precio: Vendido en cien pesos.

Al escribir un texto, por lo general se utilizan varios tipos de oraciones: simples (que contienen só­lo un verbo conjugado), o subordinadas. Las oraciones subordinadas (porque, al ser modificadores de un sustantivo, no son independientes) se introducen por lo general con un nexo. Éste puede ser un pronombre relativo: que, cual, quien, cuyo; o un adverbio relativo: donde, como, cuando.

- Los relativos -el cual, la cual, los cuales, las cuales- tienen sentido explicativo y, por lo mismo, pueden sustituir a "que". Sin embargo, "que" es de uso más frecuente. Sólo se recomienda "el cual" cuando el antecedente (el sustantivo al que se refiere) está lejos del rela­tivo. En este caso, es más claro "el cual", porque expresa género y número y precisa el an­tecedente al que se refiere. Evita la ambigüedad.
- "Tanto que" y "quien", como "el cual" pueden ir precedidos de una preposición. En este ca­so, aunque ambas formas son correctas y frecuentes, la lengua escrita parece preferir el uso de “el cual”.
- "Cuyo" tiene un valor doble: relativo y posesivo. Se emplea para relacionar dos sustantivos; el segundo de ellos es posesión del primero.

Oración compleja: es aquella compuesta por dos o más oraciones. Una de ellas es la oración principal y las otras pueden ser sustantivas, adjetivas o adverbiales, de acuerdo con la función que desempeñen dentro de la oración principal.
Estas oraciones están introducidas por nexos o conjunciones que son los siguientes:

- Modo: como, como si, del mismo modo, lo mismo que.
- Tiempo: cuando, desde, mientras, siempre que.
- Lugar: donde, en donde, adonde, para donde.
- Comparativa de inferioridad: menos que, menos de los que.
- Comparativa de igualdad: tan... como, tan... que, cuanto.
- Comparativa de superioridad: más que, mejor que.
- Consecutiva: tanto que, tan que, de modo que.
- Causativa condicional: si, siempre que, con tal que.
- Causativa concesiva: aunque, por más que.
- Causativa causal: porque, puesto que, ya que.
- Causativa final: a que, para que, a fin de que.

Recomendaciones generales
El párrafo contiene una idea central a la cual se añaden otras de carácter secundario, debidamen­te distribuidas y ordenadas, con el objeto de que resulte coherente y claro.
Cuando se escribe, es necesario partir de una idea central, alrededor de la cual se organiza todo lo que se quiere decir: ideas principales, secundarias y complementarias que se relacionan entre ellas. Esta relación de las ideas es indispensable, ya que de ella derivan oraciones y párrafos claros y coherentes.
La sencillez es una cualidad en un escrito. Ésta se refiere tanto a la forma de expresar las ideas como a las palabras que se emplean para expresar esa idea.
Los vicios del lenguaje son formas de construcción o empleos de vocabulario inadecuados que pueden dificultar la interpretación correcta de un escrito. Se consideran como vicios del lenguaje: barbarismos, cacofonías, anfibologías y pobreza del vocabulario.

Barbarismos:
- El uso de voces extranjeras cuando es innecesario, es decir, cuando existe una palabra es­pañola equivalente. Ejemplo: show = espectáculo.
- El empleo de palabras a las que se les ha hecho algún cambio de letras o de colocación del acento. Ejemplo: antediluviano - antidiluviano. Anti es un elemento antepuesto a ciertas pa­labras, significa “oposición” o “contrariedad”. Por ejemplo: antiacadémico = lo que va en contra de la autoridad o influencia de las academias; anticierical = contrario al clero. Ante, por su parte, es un prefijo que significa anterior, antes: anteayer, antecomedor, anteojo.

Barbarismos más comunes:
- aereoplano x aeroplano
- arrempujar x empujar
- trasquiversado x tergiversado
- infligir x infringir
- mallugado x magullado
- dentrífico x dentífrico
- diabetis x diabetes
- polvadera x polvareda

Una cacofonía es un sonido repetido o monótono que se produce cuando se repiten las mismas letras o palabras.

• La unión de dos sílabas: con conocimiento.
• La repetición de una misma letra: Roberto corre rápido.
• La presencia de la misma vocal en la unión de dos palabras: Va a Acapulco.
• La aparición de una misma sílaba en palabras cercanas: Marcela, su abuela y Micaela van al cine.

Las cacofonías deben evitarse. Esto puede hacerse:

- Sustituyendo las palabras problema por sinónimos
- Alterando el orden de las palabras.
- Expresando las misma idea de otra forma.

Se conoce como anfibologías a aquellas construcciones que admiten más de un significado. Las más frecuentes se deben al empleo poco preciso del relativo "que", así como al uso de "le", “les", “se”, “su”, “sus”: empleo inadecuado de las preposiciones.

Las anfibologías deben evitarse:
a) Repitiendo la o las palabras necesarias hasta que resulte clara la expresión.
b) Colocando lo más cercanas posible las palabras o frases relacionadas entre sí.
c) Utilizando con cuidado los signos de puntuación.


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[1] (Op. Cit.)
[2] Olga Bustos, op.cit. (con síntesis en la redacción)
[3] Sara Lovera, Los Medios de Comuniación de Masas, el cmbio cultural y el conocimiento. Ponencia presentada en el VIII encuentro Feminista de América Latina y el Caribe. Santo Domingo, 1999.

[4] Dra Regina Festada, citada por Sara Lovera. Op. Cit.
[5] Sara Lovera . Op. Cit.
[6] Sara Lovera. ¿Cómo estar en los medios sin perderse? La Condición Femenina y los Medios de Comunicación, ponencia presentada en el foro Women in Contemporary Mexican Politics, Universidad de Texas, Austin, 1995
[7] Sara Lovera. Comunicación y Género. Texto publicado en “Tejedoras de la Palabra”, CIMAC., 1995
[8] Sara Lovera, Sonia Del Valle y Dunia Rodríguez en : Manual de Comunicación y Género. Mimeo. CIMAC, 2000.
[9] Rosario Novoa. Tejedoras de la Palabra, Hablan Los Medios . Gobierno del Distrito Federal/CIMAC., 1995
[10] WACC. En Who Makes The News? Global Media Monitoring Project World Association for Christian Comunication 2000.
[11] Natalia Sierra La comunicación entre el lenguaje y el habla. En Comunicación en el Tercer Milenio, Iván Rodrígo Mendizábal y Leonela Cucurella (editores) Universidad Andina Simón Bolivar, ALAI, Escuela de Comunicación Social y otras.Quito, Ecuador, marzo 2001
[12] Sally Burch, Género y Comunicación. En ALAI/web 2000
[13] Álex Grijelmo, La Seducción de las Palabras. Pp23. Taurus Editores, México, 2002
[14] Lenguaje sexista, Guía para periodistas de la Federación de Mujeres Progresistas.
[15] El Protocolo facultativo fue adoptado y ratificado por el Senado de la República en el año 2001, por lo que está vigente.